'Todas las noches de un día' | Teatro Lope de Vega

Tratado sobre el amor (y la botánica)

  • Carmelo Gómez y Ana Torrent interpretan hasta el domingo en el Lope de Vega 'Todas las noches de un día', un texto escrito por Alberto Conejero que indaga en los misterios del corazón

Ana Torrent y Carmelo Gómez, en las afueras del Lope de Vega.

Ana Torrent y Carmelo Gómez, en las afueras del Lope de Vega. / José Ángel García

Carmelo Gómez y Ana Torrent indagan en el misterio de las relaciones en Todas las noches de un día, la obra que los dos actores interpretan desde hoy hasta el domingo en el Teatro Lope de Vega. Un texto escrito por el jiennense Alberto Conejero, responsable del éxito de La piedra oscura -que en esta propuesta se inspira de nuevo, en menor medida, en Lorca: aquí resuenan ecos de Doña Rosita la soltera-, en el que propone un thriller impregnado de lirismo, más interesado en descifrar los enigmas del corazón que en resolver la intriga policial de la que parte.

La prolongada ausencia de una mujer, Silvia, causa alarma en el vecindario y parece señalar a Samuel, el jardinero que custodia con esmero el invernadero que pertenece a la desaparecida. A partir de ahí, Todas las noches de un día despliega, adelanta Gómez, un puzle "que juega con el tiempo constantemente, y en el que pasado y presente se funden en el mismo espacio" y en el que su autor "deconstruye constantemente el texto para que no quede algo muy llano y liso", defiende el actor leonés, que encarna a "un personaje un poco rudo, un buen hombre, alguien que ama sin esperar nada a cambio".

Torrent cree que la obra explora las diferentes formas con que unos y otros se enfrentan a las cosas del querer. "Él lo hace de manera incondicional; ella lo intenta y es otro tipo de relación el que tiene. Al final, son los espectadores quienes tienen que llegar a una conclusión, porque cada uno de los personajes ha vivido de una forma la historia", expone la actriz, que define a Silvia como "una mujer con un pasado doloroso, con heridas que vienen de la infancia, que reivindica su derecho a la libertad y a la que no le importa lo que digan los demás, pero también muy kamikaze, muy destructiva".

"Él y ella tienen distintas formas de amar. El público debe concluir qué hubo entre ellos", dice Torrent

Ambientada en un "no-lugar" y en un tiempo impreciso, Todas las noches de un día es para su director, Luis Luque, "un ejercicio dramático de alta densidad poética" y el empeño de propiciar "un gran instante de belleza emocional"; para los actores "una defensa del silencio como medio para tomar conciencia de las cosas", definiciones que la apartan del thriller al uso.

La complejidad del material que dispone Conejero motivó que Carmelo Gómez tardara en sentir que tenía el control sobre su trabajo. "Es de esas obras que tienes que preparar bien antes de ir a los ensayos y, en realidad, no la dominé hasta que llevábamos ocho o diez bolos después de estrenar", reconoce el protagonista de Días contados o El perro del hortelano. "Es un texto con el que debes jugar, pararte, crear la música; en el que voy dando datos y contando anécdotas, y me costaba hilar ambas partes", explica Gómez. "Puede que el público se desconcierte al principio, pero, por lo que hemos visto en las funciones que hemos hecho hasta ahora, acaba enganchándose totalmente", asegura.

Torrent y Gómez, en la obra. Torrent y Gómez, en la obra.

Torrent y Gómez, en la obra. / Sergio Parra

Todas las noches de un día supone el reencuentro de Gómez y Torrent 27 años después de Vacas (1992), el deslumbrante debut de Julio Medem, un largometraje en el que ambos participaban. "Y desde entonces no nos habíamos vuelto a ver, aunque, claro, sabíamos el uno del otro por las películas que hacíamos", dice él. "Y los ensayos de esta obra han sido como conocernos por primera vez. A Ana, de hecho, aún la estoy conociendo: es una mujer que reserva muchas sorpresas", afirma.

"Es un texto complejo. Yo no lo dominé hasta que llevábamos ocho o diez funciones", reconoce Gómez

Este montaje, confiesa Gómez, surgió de su "desesperación": tras proyectos recientes como Elling y El alcalde de Zalamea, en teatro, y La playa de los ahogados y La punta del iceberg, en cine, el actor afrontó una mala racha en la que ningún encargo se concretaba. "Y llamé a Jesús Cimarro [el productor, de Pentación Espectáculos] para ver si podíamos encontrar algo", recuerda. Así dieron con "un texto que esperaba en un cajón, el de Todas las noches de un día".

Desde su estreno en marzo del pasado año en el Teatro Cuyás de Las Palmas, "el montaje no ha dejado de girar. Es curioso: hay textos que no arrancan, uno no sabe por qué, y que luego tienen una larga vida en escena", comenta Gómez ante una callada Ana Torrent, que escucha cómplice a su compañero. "¡Es que habla tan bien!", se justifica ella. "A mí me gusta ir de gira con él por eso: sabe contar la obra".

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