Penn se vuelve a estrellar

El día de la bandera | Crítica

Sean Penn dirige e interpreta 'El día de la bandera'.
Sean Penn dirige e interpreta 'El día de la bandera'. / D. S.

La ficha

* 'El día de la bandera'. Drama, EE UU, 2021, 107 min. Dirección: Sean Penn. Guion: Jez Butterworth. Música: Joseph Vitarelli. Fotografía: Daniel Moder. Intérpretes: Sean Penn, Dylan Penn, Miles Teller, Josh Brolin, Hopper Penn, Katheryn Winnick, Dale Dickey, Eddie Marsan, Norbert Leo Butz.

Ese muy buen actor que es Sean Penn dirigió dos películas interesantes en la última década del siglo pasado (Extraño vínculo de sangre y Cruzando la oscuridad, 1991 y 1995) y entró con buen pie en el XXI (El juramento, 2001) para después hundirse con las películas tan ambiciosas en propósitos como fallidas, Hacia rutas salvajes (2007), Diré tu nombre (2015) y ahora El día de la bandera. Se basa en el libro autobiográfico de la periodista Jennifer Vogel Flim-flam Man. The true story of my father’s counterfeit life cuyo subtítulo es suficientemente explícito: la relación entre una hija y su padre buscavidas y delincuente. No es Atrápame si puedes –también basada en hechos reales– al revés: allí el falsificador y estafador era el hijo y el padre una figura rota por el choque entre sus sueños y la realidad; aquí el padre no tiene el encanto del personaje que interpretó Di Caprio (aunque tampoco carece de él a su manera) y la hija mantiene con él una relación primero feliz y después atormentada según va descubriendo quién es y a qué se dedica. El tono de Spielberg era ligero (salvo en el extraordinario retrato del padre interpretado por Christopher Walken), el de Penn quiere ser intenso, trágico y hasta telúrico.

El problema es que esta historia de ídolo paterno caído que difícil y dolorosamente se intenta reconstruir intentado pegar los trozos admirados en el pasado con los descubiertos en el presente está contada con un exceso de énfasis en la interpretación y en la puesta en imagen (una indigestión de sus dos trabajos con Terrence Malick parece afectar a Penn, simulación de películas caseras incluida) que la convierten en un cúmulo de retórica vacía, tragedia sin garra y melodrama sin emoción.

Penn interpreta al padre y su hija Dylan a la hija. ¿Proyecciones autobiográficas sumadas a la autobiografía del libro en que se inspira? Quizás. Pero, aunque así fuera, ni esta presunta implicación personal da autenticidad emocional a la película.

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