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Àngel Llàcer

“No me gustan los sentimientos negativos”

Àngel Llàcer en Sevilla.

Àngel Llàcer en Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

Con la novena temporada de Tu cara me suena (Antena3) en el horizonte, Àngel Llàcer (Barcelona, 1974) está de gira con la archiconocida obra musical La jaula de las locas, donde encarna a Zaza, el alter ego de Albin, un personaje con “mucha bondad”. Antes, esta polifacética celebridad se hizo conocida por su participación en Operación Triunfo, donde comenzó en 2001 con la primera temporada del show y ha continuado, de forma interrumpida, hasta el año pasado, cuando volvió a salir a escena en 20 años de OT.

La jaula de las locas lleva en escenario desde 2018, ¿cómo se mantiene la ilusión por un mismo proyecto durante tanto tiempo?

–Somos portadores de felicidad. Como cuando la gente se va tan feliz a su casa después de ver la obra, no me cuesta ningún esfuerzo. Cuando más feliz soy en el día es antes de empezar la función, porque sé que al cabo de dos horas y media esas personas serán tan felices... Por eso siempre tengo tantas ganas. De hecho lo estoy haciendo yo con todos los músicos y con todo el elenco.

–Usted desarrolla el papel de Zaza, ¿cuál es, a su juicio, la mayor virtud de su personaje?

–El personaje es Albin, y este tiene un alter ego que es Zaza, que es cuando se transviste y cuando está en el cabaret, de nombre La jaula de las locas. En la trama, el hijo de mi pareja se enamora de la hija de un ultraconservador, y cuando la familia conservadora va a casa, tenemos que disimular e intentar que no se note que tenemos un club de cabaret debajo de casa. Su mayor virtud diría yo que es su espontaneidad. Es fresco, es bueno, es sincero. Es todo amor, y es por eso por lo que le gusta tanto a la gente. Durante el tiempo de la obra, todo lo que los espectadores reciben es todo amor, por eso es tan agradable y la gente se lo pasa tan bien.

–Todo el mundo dice de usted que es una persona muy agradable.

–Si estoy de mal humor o algo, me quedo en casa. No me gusta el conflicto o el enfrentamiento, no me gusta nada pelearme con nadie. Me gusta la bondad, el buen rollo, el estar bien. Soy un buen anfitrión, me gusta que la gente se sienta bien. Algo de pequeño me debió haber pasado, pero no me gustan nada los sentimientos negativos.

–Existen las Personas Altamente Sensibles (PAS).

–Sí, yo creo que lo soy. Lo que pasa es que como soy capricornio, tengo un carácter muy fuerte. Entonces es una mezcla entre el carácter fuerte, trabajador, líder y la hipersensibilidad. Ahí juego con las dos cosas.

–En el año 2000 participó en la obra de teatro Mein Kampf (Mi lucha), ¿cómo surge esto?

–Hacía de Heinrich Himmler, el ideólogo nazi. La obra duraba tres horas, y yo salía en los últimos cinco minutos. Explicaba cómo se creaba a un monstruo como Hitler. Yo salía al final explicando la receta de un pollo, de cómo cocinarlo. Era una metáfora del Holocausto. Tuve que aprender a abrir pollos y a limpiarlos para hacerlo en directo. El teatro terminaba oliendo a pollo quemado, y yo se suponía que debía estar disfrutando mientras le hacía eso al animal. Era muy fuerte, francamente, y fue el primer premio que me dieron en mi vida: el Premio Butaca, que son los que se dan en Cataluña.

–Es usted muy polifacético: actor, director y presentador, ¿en qué recurso se siente más cómodo?

–En todos, creo que depende del momento y del época. Ahora, por ejemplo, me encanta ser actor porque estoy con La jaula de las locas, aunque también soy director del musical. Ahora mismo estoy en una época en la que me gusta más hacer comedia. Antes de La jaula de las locas, hice Frankestein, que era como un sufrimiento continuo. Después de eso decidí que quería hacer comedia y que no quería volver a hacer algo así.

–¿Qué personaje, de todas las obras que ha desarrollado, es más similar a usted?

–Diría que Albin, Zaza. Al final con todos te acabas identificando, porque terminas encontrando algo tuyo para darle al personaje, pero Zaza es tan bueno... No es como yo, porque yo tengo una manera de moverme y de funcionar que no es tan así, porque él es mucho más inocente, pero es tan bueno de corazón y hay tanta bondad en él, que eso me gusta mucho.

–¿Suele trabajar en más de un proyecto a la vez?

–¡Claro! De hecho ahora mismo estoy haciendo la gira de La jaula de las locas, soy el director de Cantando bajo la lluvia, que está en Madrid, estoy haciendo todos los martes y miércoles Tu cara me suena y, además, estoy desarrollando El principito en Barcelona. Ya ves que no paro.

–Con ese ajetreo de vida, ¿qué hace para usted?

–Lo más importante para mí es la organización; si lo tengo todo organizado, puedo. Lo que pasa es que sí que hay cosas que suelen desestabilizar, pero yo me considero una persona muy estable. Sé dónde estoy, en qué momento estoy y qué tengo que hacer. Si tienes organización puedes sacar las cosas adelante, aunque, claro está, cansa mucho. Y lo que hago para mí es dormir. Es lo que más me gusta. Porque muchas veces pienso que tendría que tener un hobbie, pero es que mi hobbie es mi trabajo, a mí me encanta lo que hago. Para mí mi trabajo no es una obligación, así que cuando me voy de vacaciones no tengo la sensación de estar liberándome de algo.

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