electra | Crítica de teatro

El juego como esencia

El elenco de 'Electra' en foto promocional

El elenco de 'Electra' en foto promocional / Luz Soria

Fernanda Orazi, impresionante actriz, aborda, como directora, un clásico de Sófocles, la vengativa Electra que busca la muerte de su madre porque ésta mató a su padre. En las tragedias griegas se pierde la pista de quién mató a quién, de lo único que estamos seguros es que todo acabará en muerte.

Oriza pone en su forma de dirigir a la inmensa actriz que lleva dentro. El placer de jugar con el teatro parece ser la única razón de esta sugerente puesta en escena aunque densa en su desarrollo. Lo de menos son las enrevesadas maneras de llevar a buen término una venganza. Lo que vemos en la propuesta de Fernanda Oriza es un trabajo impecable de interpretación de sus cuatro actores, una Leticia Etala  desgarrada y turbadora, histriónica en su gritar, un Javier Ballesteros, con la sorna de un clown, una Carmen Angulo, definitivamente trágica en su espectacular muerte y un Juan Pando que parece tocado de la gracia divina de la actuación. Entre los cuatro, más la iluminación de David Picazo que busca cierto tenebrismo y el sonido de Javier Ntaca se consigue una sorprendente versión que comienza subyugando por su originalidad y sentido del humor pero que, también, adolece de cierto ensimismamiento que la retarda y le dificulta avanzar.

Una sugerente versión de ‘Electra’ cargada de sarcasmo y humor

En su defensa vuelven esos intérpretes que rematan un final insuperable donde, de nuevo, el juego del teatro se impone con una socarronería divertida y malvada.

Contrasta la combinación entre el divertimento y la densidad que exige un cien por cien al espectador.

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