Una majadería pos-apocalíptica
Crítica cine
El libro de Eli. EEUU, 2010, Drama de aventuras. Dirección: Albert Hughes/ Allen Hughes. Guión: Gary Whitta. Intérpretes: Denzel Washington, Mila Kunis, Michael Gambon, Gary Oldman, Malcolm McDowell. Cines: Al-Ándalus Bormujos, Ábaco, Arcos, Cervantes, Cineápolis, Cineápolis Montequinto, Cinesa Plaza de Armas 3D, CineZona, Los Alcores, Metromar, Nervión.
En los diez primeros minutos un tipo se suicida, un bicho se lo va a comer, Denzel Washington emerge disfrazado de samurai pos-apocalíptico y se carga al bicho con una flecha que después le arranca con ruido blandurrio, curiosea el interior de un coche cuyo conductor se ha consumido al volante hasta convertirse en un esqueleto (imagen no filmada en Sevilla, aclaro), atraviesa una autopista destrozada y llena de coches parados igualmente pilotados por momias y esqueletos (que no es la A-92, aclaro), se cuela en la casa de un ahorcado al que le quita los zapatos y se cena el bicho que mató al principio mientras habla con una rata hambrienta.
Sí, estamos ante otra majadería pos-apocalíptica (nada que ver con The Road) en la que Washington lucha en solitario en un mundo convertido en una gigantesca chatarrería habitada por tipos convenientemente guarros y majaretas. Lo que Mad Max contó mucho mejor hace la friolera de 20 años lo cuentan mal los Hughes Brothers, afro-armenio-americanos de filmografía hortera, mezclándolo con cachitos de Fahrenheit 451 y una docena de fábulas apocalípticas aliñadas con una estética de videojuego y tebeo que no deja de hacer guiños bizcos a Leone.
Washington está penoso haciendo de Eastwood y Gibson a la vez. Gary Oldman -¡sorpresa!- hace de malo retorcido como si en él se mezclaran el Scarface de Al Pacino y su Drácula coppoliano. Malcolm McDowell resucita como actor sin haberse tomado el trabajo de dejar de estar muerto. El gran Tom Waits supo que se rodaba una película mugrienta y se ofreció voluntario. De milagro no se coló también Amy Winehouse.
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