"Es difícil ver las películas de Marilyn desde una perspectiva feminista"

María Hesse. Escritora y dibujante

La ilustradora publica en Lumen una emocionante semblanza de la actriz en la que reivindica su inteligencia y su curiosidad, pero "verla leyendo no era la imagen que interesaba dar de ella"

La ilustradora María Hesse.
La ilustradora María Hesse.

Tras sus conmovedoras semblanzas de Frida Kahlo y David Bowie, María Hesse publica Marilyn. Una biografía (Lumen), una bella aproximación a la actriz de Con faldas y a lo loco y Vidas rebeldes. La dibujante y escritora arranca la historia de esta mujer compleja y fascinante, a la que el mundo sólo quiso ver como un objeto de deseo, con la pregunta: "¿Qué puede ser una mujer? Debería ser todo lo que quisiera". Pero Marilyn, apresada en un cliché que menospreció su inteligencia y limitó su expresión como artista, cargó con "todo el peso de la sociedad de su tiempo".

–En la introducción afirma que mientras se documentaba se enfadó al leer tantas biografías con "una imagen tremendamente machista".

–Efectivamente, hay algunos libros que ni siquiera pude terminar, porque perpetuaban esa visión de la Marilyn tonta, vacía, superficial... Me habría gustado poder acceder a algunas publicaciones de EE UU que están haciendo una revisión del personaje, porque en España me fue difícil encontrar bibliografía sobre ella, y, de hecho, el libro de Donald Spoto o el de Joyce Carol Oates estaban descatalogados, pude conseguir ejemplares de segunda mano. Había, eso sí, unas cuantas obras que investigaban su muerte, que especulaban sobre ella, pero esas ni siquiera las busqué porque no era lo que me interesaba contar.

–Norma Jeane, la mujer que se escondía tras el mito, tiene la esperanza de que el personaje de Marilyn le salvará la vida. Pero más adelante se pregunta, cansada del disfraz, confundida: "Si no era Marilyn, ¿quién era?".

–Ella pasa por un montón de casas de acogida, tiene una infancia durísima, y se siente una niña invisible. Cuando se convierte en una mujer, se desarrolla muy pronto, descubre que los demás la miran, la ven por primera vez. Y cuando empieza con sus trabajos como modelo y como actriz siente que se aleja de esa vida que fue tan dolorosa para ella, de esa Norma Jeane que siempre había sido abandonada. Pero eso, al final, se convierte en un arma de doble filo: ella crea un personaje del que le costará salir. A veces se pregunta por qué no puede vivir con esa dualidad. ¿Por qué no puede ser una persona inteligente y bella? ¿Por qué para la sociedad las mujeres no podemos ser las dos cosas?

–Para usted "es curioso que tratándose de un sex symbol haya más fotos de ella leyendo que desnuda". Está, por ejemplo, esa imagen de Marilyn con el Ulises de Joyce, que dinamita el estereotipo de rubia tonta.

–Era una mujer con una gran curiosidad, con diversidad de intereses, que leía concienzudamente: le fascinaba la literatura rusa, Rusia en general; sabía de arte, conocía bien los cuadros de Goya y le encantaba el Renacimiento; tenía debilidad por Hojas de hierba, de Walt Whitman... Tenía libros y libros llenos de anotaciones. Pero en su momento verla leyendo no interesaba, no era la imagen mainstream que se quería difundir de ella.

"Marilyn se pregunta por qué para la sociedad una mujer no puede ser inteligente y bella al mismo tiempo"

–Desde sus primeras entrevistas, Marilyn se frustra con la prensa: los periodistas sólo le preguntan por su cuerpo; la interrumpen cuando ella desvía la conversación a otro tema con más enjundia...

–Eso está cambiando, por suerte, no podemos decir que estemos en el mismo punto que en aquellas décadas. Pero, si te fijas, esa transformación se ha empezado a dar hace relativamente poco, hará unos cinco años, cuando el movimiento feminista y el #metoo, cuando las actrices y las mujeres de otras profesiones se rebelaron y dijeron:¿De verdad me estás preguntando esto? Que si quieren ser madres, que qué hacen para no engordar, que qué ropa llevan en vez de por qué eligieron la película que han hecho. Esas preguntas se seguirán haciendo, pero lo bueno es que ya hay muchas mujeres que no se callan cuando les consultan esas cosas.

–La famosa escena de La tentación vive arriba en la que el aire de una rejilla le levantaba la falda a Marilyn provocó los celos y la ira de Joe DiMaggio. Ese matrimonio fue un desastre, como el de Arthur Miller...

–Su matrimonio con Joe DiMaggio no deja de ser una relación normal para la época en la que ella vive. Él es un hombre tradicional, que prefiere estar lejos de las cámaras, que quiere ese modelo de familia con la mujer en casa. Ellos se acabarán separando y funcionarán muy bien como amigos. No justifico sus celos, pero creo que Arthur Miller se portó peor, que se casó con Marilyn por interés. Con ella consigue que le devuelvan su pasaporte [con la excusa de ir a visitarla al rodaje en Inglaterra de El príncipe y la corista] cuando estaba siendo investigado por la caza de brujas del senador McCarthy, entra en el mundo del cine... Él no tuvo problemas en hablar de los problemas emocionales de ella, en decir que no era lista, y en afirmar eso incluso después de que ella muriera. A Marilyn le ocurrió algo terrible cuando llevaba muy poco casada con él: encontró un cuaderno en el que él la definía como una niña bonita pero vacía, decía que se avergonzaba de estar a su lado. Imagínate, estar enamorada de alguien y encontrarte de golpe con lo que piensa de ti. Esa fue la relación más tormentosa que tuvo Marilyn. Arthur Miller la menospreció.

Portada del libro.
Portada del libro.

–Es revelador también de la compleja personalidad de Marilyn la aprobación que demandaba en sus maestros de interpretación, Natasha Lytess o Lee y Paula Strasberg.

–Ella nunca pensaba que estuviese a la altura de la actriz que quería ser. Y, además, con sus profesores, con su entorno, la niña abandonada que era quiso hacer familia. La gente que la rodea es consciente de eso, de su dependencia, de sus inseguridades, y sus colaboradores recurren a cierta manipulación: Eres buena, pero aún no demasiado. Yo te voy a ayudar, me necesitas. Lo que hicieron, al final, fue minar su autoestima, tenerla siempre deprimida porque no se valoraba, su trabajo no le parecía suficiente.

–Habrá revisado la filmografía de Marilyn para este proyecto. ¿Cuál es el trabajo de la actriz que más le emociona?

–A ella no le gustó el papel, y yo lo entiendo, pero Con faldas y a lo loco es una película que me gusta mucho y donde ella brilló especialmente. Tengo que decir que es muy difícil reencontrarte con las películas que hizo Marilyn cuando tú ya has tomado una perspectiva feminista. Claro, tienes que entender el contexto, que era un tiempo en el que la historia la contaban los hombres, que ahora por suerte hay otra sensibilidad, pero ver Bus Stop, por ejemplo, de la que Marilyn estaba muy orgullosa, a mí me duele.

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