Artes escénicas

‘Taí Viginia’: una anciana de poco más de un cuarto de siglo

  • Manuel Monteagudo representa del 10 al 20 de este mes en la Sala Cero 'Taí Viginia', uno de los montajes emblemáticos del teatro sevillano

Manuel Monteagudo está de gira con ‘El perro del hortelano’ y prepara ‘El crimen del palodú’.

Manuel Monteagudo está de gira con ‘El perro del hortelano’ y prepara ‘El crimen del palodú’. / Juan Carlos Vázquez

Superado ya el cuarto de siglo sobre los escenarios, Taí Viginia puede presumir de ser uno de los hitos en la historia del teatro sevillano reciente, una de esas contadas piezas que, frente a la ingrata fugacidad a la que se ven abocadas otras producciones, arraigan en el imaginario y en el corazón del público. Tal vez porque el actor y autor del texto, Manuel Monteagudo, se inspiraba en la demencia de su propia madre, la mínima premisa de una anciana que en la soledad de su casa intentaba hacerse un café ha conquistado durante todo este tiempo a los espectadores con su autenticidad.

Su protagonista vuelve a la Sala Cero desde la semana próxima, del 10 al 20 de este mes, pero en las funciones previas está descubriendo que su creación no sólo no ha perdido fuelle, sino que se celebra con un renovado entusiasmo. "Lo que estoy percibiendo es que la gente está yendo más al teatro, que las ganas pesan más que el posible miedo a la ómicron", apunta Monteagudo. Taí Viginia "siempre ha gustado, pero ahora veo que el público se pone de pie de una vez. Quizás es que yo tengo ya una edad y por eso interpreto mejor a esta anciana", bromea, aunque sabe que la pandemia, "lo que ha ocurrido con las personas mayores", ha otorgado una nueva lectura a la propuesta.

Monteagudo sólo ha metido "una referencia al coronavirus, un momento en que ella dice: Uy, ahí hay un hombre con la cara tapada... Pero el universo de la mujer es muy potente, y ella tiene la cabeza en otra estratosfera, y no hacían falta apuntes de la actualidad", explica.

"Soy un todoterreno, pero creo que funciono mejor en la comedia", asegura el intérprete

El actor sabe que el tiempo puede ser inclemente, que el humor podía haberse quedado desfasado con el cambio de siglo, pero admite que él es el que más acusa el transcurso de los años. "Y creo que eso es bueno: tengo más vivencias, y Taí Viginia posee hoy un transfondo más profundo, que te dan los años. Aunque un programador me dijo que la obra resultaba ahora más atrevida, más políticamente incorrecta, porque es un retrato muy descarnado, y nos reímos de cosas que son dolorosas. Pero al final no nos burlamos de una anciana, hablamos de la vulnerabilidad del ser humano, y ahí todos nos podemos sentir reconocidos". El intérprete añade que, en un pasaje del espectáculo, entona una canción del bando republicano. "Yo no la puse ahí por conciencia política, sino porque mi madre la cantaba de siempre, incluso cuando perdió la memoria... Y quizás antes no llamaba la atención, pero puede que ahora que la gente está más susceptible se reciba de otro modo".

Monteagudo quedó deslumbrado por la escena siendo adolescente, "gracias a Adela Tovani, una de esas profesoras que te motivan y te abren puertas" y a un montaje de Un marido de ida y vuelta, de Jardiel Poncela, y después vivió "la etapa de efervescencia" que rodeaba las primeras promociones del Instituto del Teatro de Sevilla. Si se reencontrara con aquel chaval que empezaba, el veterano le diría orgulloso que eso del oficio ha sido un trayecto fructífero. "Y he tenido continuidad, que es lo difícil de esta profesión. No he llegado a tener un nombre mediático, en parte porque no me he trabajado lo suficiente el audiovisual, ante el que, confieso, pierdo la paciencia: son horas y horas esperando. A mí lo que me emociona es tener al público delante, hoy que nos decimos las cosas por las redes actuar en un teatro me parece un acto de comunicación brutal".

El actor, caracterizado como la protagonista de ‘Taí Viginia’. El actor, caracterizado como la protagonista de ‘Taí Viginia’.

El actor, caracterizado como la protagonista de ‘Taí Viginia’. / D. S.

El actor, habitual en las producciones de Teatro Clásico de Sevilla, trabaja ahora en otras dos comedias. "Soy un todoterreno, pero creo que es el género que se me da con más facilidad y donde puedo brillar", considera. Con Paco Mir, componente de Tricicle, ha llevado de gira El perro del hortelano, "y es un placer decir los versos de Lope desde la mirada de Paco Mir, que le ha puesto su impronta gestual, su talento para el gag, para el humor físico". Y en mayo estrenará, también en la Sala Cero, la adaptación de la novela El crimen del palodú, de Julio Muñoz Gijón, Rancio. "Hace tres años estrenamos El asesino de la regañá, y fue un éxito, se agotaron las entradas antes del estreno. Resultó muy divertido comprobar cómo los rancios entendían la obra como un homenaje a Sevilla, a su idiosincrasia, mientras que los de fuera se sorprendían de lo bien que la gente de aquí aceptaba las críticas. Convencer a todos es un mérito de Julio", dice un actor que también conoce muy bien lo que es el consenso: su Taí Viginia va camino ya de las tres décadas.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios