La ventana
Luis Carlos Peris
La Alameda como oasis
Como presidente de Barlovento Comunicación, la empresa que manda en esto de las audiencias, es lógico que Ricardo Vaca defienda el sistema e insista una y otra vez en que dista de estar caduco. Esos aparatitos, que a algunos se nos antojan pocos, son más que suficientes, explica él en los Cursos de Verano en San Lorenzo de El Escorial. Y dice más. De no ser por la medición en determinadas comunidades con lengua propia, a raíz de la puesta en marcha de las televisiones autonómicas, todavía sobrarían audímetros, puesto que los que hay sirven sobradamente para conocer el comportamiento de los españoles. Sobre todo en los espacios que cuentan con grandes audiencias: la ficción, el deporte, los grandes eventos en directo y los informativos.
Ricardo Vaca pone un énfasis especial en lo que él denomina en jerga popular los cocacolos, esto es, los espectadores que se encuentran en la horquilla que va entre los 13 y los 28-29 años, que la adolescencia y la juventud, ya se sabe, cada vez son más laxas. Niega el jefe de la medición de audiencias televisivas ese aserto que circula por ahí y que dice que los niños y los adolescentes han dejado de ver televisión. Nada de eso. Siguen consumiéndola un promedio de 2 horas diarias.
Para Vaca Berdayes es una leyenda urbana eso de que los adolescentes han dejado de ver televisión. Además, está convencido de que por mucho que se incremente el consumo de series bajo demanda, la televisión lineal nunca podrá desaparecer. No se ven las noticias en diferido, del mismo modo que no se pueden ver los grandes eventos deportivos en diferido. Los españoles seguimos viendo 240 minutos de televisión al día. Y en cuanto llegue el otoño las cifras pueden subir de nuevo.
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