Análisis

José María Montiel

Joaquín, ¿un mal ejemplo? al que seguir

El exmasajista del Betis repasa sus vivencias con el portuense

VERANO del año 2000, un Betis en Segunda División, otra vez sí, otro año de limpiar y crear, de comprar a saldo lo que al final debían arreglar los de la casa. Esta vez, entre ellos, un joven sinvergüenza que en boca de sus anteriores entrenadores, tenía tanto en sus botas como tan poco en su cabeza. Hubiese sido muy fácil etiquetarlo con la señal de NO, tenía todas las papeletas.

Gracias a que en aquel Betis había en ese momento un señor entrenador, que cansado de educar a niños en el instituto, de expulsar de sus clases a chavales a los que en verano graduaba incluso con nota, sabía que sería un error imperdonable confiar en la profecía autocumplida, no valen las apariencias, fue a descubrir lo que había en él porque CREYÓ EN ÉL.

Y ese fue el comienzo de JOAQUÍN, centro de todas las miradas a sus 19 años: mago, torero, artista y sobre todo futbolista, digo bien futbolista, que no deportista. Sus capacidades como jugador de fútbol quizás las tuviera impregnadas en su ADN, igual que su físico, natural como la vida misma. Alérgico al gimnasio, alimentado de la necesidad y de la olla de muchos, ingredientes que hacen de él, más aún, una especie DIFERENTE.

José María Montiel junto a Joaquín en un entrenamiento. José María Montiel junto a Joaquín en un entrenamiento.

José María Montiel junto a Joaquín en un entrenamiento. / M.G.

¿Un mal ejemplo? No, un admirable ejemplo. Porque fue capaz de sobreponerse a las críticas, porque uno puede hacer con su vida lo que quiera pero no con sus obligaciones, y Joaquín ha jugado todos los años de su larguísima carrera más de 30 partidos, eso es lo único que da credibilidad a una persona, ESTAR. Él siempre quiere estar, ahora más que nunca, porque ve que su estela es seguida y que sus pasos dejan huellas. Muchísimos jóvenes jugadores que sueñan con parecerse a él, menuda responsabilidad, amigo.Ése es nuestro Joaquin, así lo recuerdo. En los muchos años en los que compartí con él vestuario lo disfruté, porque él siempre tiene el don de darle contenido a cualquier momento, un gesto, una jugada, una elocuencia suya, daba tema de conversación para compartir en casa. Un ser excepcional porque sólo los elegidos son aquellos capaces de dar siempre, y Joaquín Sánchez Rodríguez, lo es.

La templanza de PRATS, la perseverancia de LUIS FERNANDEZ, el recorrido de GORDILLO, la efectividad de su compadre JUANITO, menos gracia que su compañero RIVAS pero más descarado, el gol de DANI, la calidad de ALEXIS, la ubicación de ARZU, el regate de STOSIC, el saber estar de CARDEÑOSA y la definición de Gabriel Humberto CALDERÓN. ¿Alguien duda aún que es el mejor jugador de la historia del Real Betis? Para mí, sin lugar a dudas, lo es.

Un Finidi en blanco que vino de El Puerto para traernos su mar de riquezas humanas, de valores, de desenfado, de ejemplo, de tesón, de todo ello, te estoy agradecido amigo, NO CAMBIES NUNCA.

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