Desde esta semana el sistema financiero de la Eurozona cuenta con un banco más: Nordea Bank Abp. Se ha venido con nosotros -a Finlandia- desde Suecia, país que no pertenece al eurosistema. El 1 de octubre se efectuó el cambio de la sede social de Estocolmo a Helsinki, pero a nivel operativo todo permanece igual, apenas unos 20 empleados han tenido que desplazarse.

La noticia es importante porque no es un banquito pequeño, es el más grande de la región nórdica, está catalogado como "too big to fail". Con él ya tenemos ocho. Y es importante también este hecho porque Nordea pasa directamente a formar parte de la Unión Bancaria Europea. O sea, que su riesgo es ya, de hecho, nuestro riesgo. Y puede serlo pronto también de derecho.

Este consorcio bancario tiene más de 10 millones de clientes, unos 30.000 empleados y 600 sucursales en Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania y Rusia. A Suecia se le ha ido con su marcha el 36% de su sector financiero. Y si era significativo para el país saliente, aún lo es más para el entrante. Se convierte en su mayor compañía por capitalización bursátil, 39.000 millones de euros, desbancando a la tecnológica Nokia. Sus activos, 580 mil millones de euros, equivalen a más de 2,5 veces el PIB finlandés.

El cambio empezó a gestarse el año pasado, cuando el gobierno socialdemócrata sueco decidió aumentar a las entidades financieras la contribución que tienen que hacer a un fondo estatal con el que contar en caso de una crisis bancaria. "Nordea no puede ser una vaca que se ordeñe sin fin", dijo entonces su presidente, Björn Wahlroos. Con el traslado espera ahorrarse unos 1.200 millones de euros. E l dinero no entiende de patria.

Los suecos se quedan sin esos ingresos, pero también eliminan el riesgo para los contribuyentes si llega una crisis bancaria y se activa la garantía pública a los depósitos. Para Finlandia, más allá del glamour que significa tener en su territorio un banco tan grande, ni le aumentan significativamente los ingresos fiscales ni el número de empleados del banco. Y ha tenido que contratar un 10% de personal extra para supervisarlo y eso que por su tamaño Nordea pasa directamente a ser supervisado por el Banco Central Europeo. Además el riesgo que suelta Suecia es el que asume Finlandia, y de paso todos nosotros por pertenecer este país a la Unión Bancaria.

Nordea nunca se hubiera ido a Finlandia si no perteneciera al eurosistema. Hoy en día la solvencia de un banco se mide por la fortaleza del Estado que tenga detrás respaldándole. Es absurdo pensar que Finlandia por sí sola pueda ser garantía para su sector bancario cuando, con la incorporación de Nordea, sus activos casi cuadriplican el PIB finlandés. "Finlandia, como parte de la Unión Bancaria, es un mejor hogar para Nordea", dijo Wahlroos.

Si duda alguna. También es verdad que ha puesto confianza en que finalice este proceso de Unión Bancaria, que aún está incompleto. Finlandia también estará rezando para que esto suceda. Y a la Eurozona le toca reflexionar si es Suecia la que tiene razón y valorar si lo que se le exige aquí a la banca para preservar la estabilidad financiera es suficiente.

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