En defensa de Catalina de Ribera
El PSOE y sus cuatro legitimidades
Los congresos provinciales y locales ya se resolverán en su momento
El Congreso Federal del PSOE de Valencia abre un ciclo al que seguirán los regionales, provinciales y locales. Ante el ruido o confusión habituales, aporto algunas reflexiones.
La principal es que desde su fundación en 1879, la democracia interna ha sido una constante en el PSOE, no se puede pregonar fuera lo que no se practica dentro. Libertad de debate, urnas para elegir a los dirigentes y el amparo a afiliados y delegados si fueren vulnerados sus derechos. Por tanto, cuando la última asamblea haya elegido su comité local, se habrá decidido en cuatro urnas, las cuatro legitimidades que siempre han coexistido en el PSOE.
Mientras en el centralismo democrático de Lenin una determinada "mayoría" en el Comité Central se repetía vertical , necesariamente, en todo el partido, en nuestra tradición y pasado más reciente las "mayorías" en un nivel no siempre se trasladaron aguas abajo. Así, antes que la homogeneidad orgánica primó, en muchas ocasiones, la pulsión de afinidades electivas, sensibilidades, corrientes u otras causas, que conformaron "mayorías" no contrarias, pues todos somos socialistas, pero sí distintas. Nada nuevo bajo el Sol de nuestra inveterada democracia interna.
Lo que no resulta de recibo, en mi opinión, es que al socaire de las garantías democráticas en los cuatro niveles se pretenda, de hecho y en el fondo, no asumir el resultado. Primero, porque quien así actúe fracasará, antes o después: si la condición necesaria para la democracia es que la mayoría gobierna, la suficiente es que la minoría acepte la derrota. Es una costumbre en EEUU, rota por Trump, que el presidente recién electo no se dirija a la nación antes que el candidato perdedor haya pronunciado el "discurso de aceptación".
Y segundo, porque si esas censurables actitudes, descritas arriba, se llevan a la práctica, se contravienen abiertamente el espíritu y la letra de nuestras normas internas que, no por casualidad, incluyen más de 200 veces el adjetivo "federal". Llegados a este punto cabría traer a colación, salvando las distancias, la bundestreue o " lealtad federal", pilar básico del Estado alemán. Ya en 1916 Rudolf Smend la definió como "el principio que obliga al Bund y a los estados miembros a la lealtad, entendimiento y colaboración mutua".
El 13 de junio los militantes del PSOE de Andalucía otorgaron a Juan Espadas una victoria limpia y clara. Un nuevo liderazgo para que la ilusión y la esperanza en una Andalucía más justa y próspera vuelvan al corazón y a la cabeza de los progresistas de nuestra tierra. Y ese nuevo liderazgo ya ganado debería ser ratificado, creo yo, por la inmensa mayoría en el Congreso de Torremolinos.
Porque los provinciales y locales ya se resolverán en su momento.
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