Gumersindo Ruiz

Psicoterapia del pasado

Tribuna Económica

29 de octubre 2019 - 02:33

El premio Nobel de Economía Milton Friedman, en el libro de memorias escrito con Rose, su mujer, Dos personas afortunadas, al final del capítulo 24 titulado Chile, decía: "Afortunadamente para Chile, la dictadura militar ha sido sustituida por un Gobierno civil. Gumersindo Ruiz concluía en un artículo muy crítico sobre Chile, publicado en el periódico español La Vanguardia, que el éxito económico del país no justificaba el coste de la dictadura militar; ahora, tanto la cuestión económica como la política han sido resueltas". Friedman estaba muy molesto por las fuertes críticas a su participación en las llamadas reformas en Chile tras el golpe militar, y entre ellas, por lo visto, le había llamado la atención la mía. Para la influyente escuela de Chicago, Chile era una "economía milagro", reflejado en algunas variables económicas; hoy el país crece a un 2,6%, con precios al 2,1%, desempleo del 7,2%, y déficit exterior y presupuestario muy aceptables del 2,6% y 1,3%, pero no es la economía con más éxito de Latinoamérica, y los datos de Perú, por ejemplo, son similares.

Las ideas ultraliberales de Milton Friedman se plasmaban en la desregulación general, las privatizaciones, y supuestamente poder escoger entre el sistema público de pensiones o de aportación privada. Pero no es verdad; el nuevo sistema de pensiones no era un complemento al público, sino una alternativa financiada por empresarios y empleados, en vez de con presupuestos, que dejó sin pensión a muchas personas. Ahora, con los tipos de interés en Chile iguales a la inflación, un fondo de pensiones que descansa exclusivamente en ahorrar no genera rentas suficientes.

Las violentas protestas en Chile son las de un país relativamente próspero donde no se cumplen las expectativas en la distribución de los frutos del crecimiento. Pero no es lo mismo que en Venezuela o Iraq, pues aunque la gente es desdichada en todas partes, en cada país es desdichada a su manera. A Friedman no le dieron el Nobel precisamente por sus teorías de política económica y social; desafortunadamente, su idea estrella de que la inflación era un fenómeno puramente monetario se ha visto desacreditada por la estrepitosa expansión monetaria de los bancos centrales, mientras que la inflación permanece callada. Y la otra, sobre repartir dividendos como objetivo único de la empresa, se niega hoy por la propia empresa, en el debate actual de la responsabilidad corporativa y el buen gobierno.

Una amiga mía chilena me lleva diciendo desde hace tiempo que los datos macroeconómicos de Chile no reflejan el sentimiento de bienestar de la gente, y también que la memoria de lo que ocurrió con el golpe militar no se borra. Puede que esto ocurra en todos los países. Olga Tokarczuk es también premio Nobel, el de Literatura de este año, y provoca sentimientos encontrados en su país, Polonia, por sus historias, donde revive hechos amargos del pasad; pero ella es consciente de que cualquier cultura se construye con mecanismos de defensa, y es normal que tratemos de borrar aquello con lo que no nos sentimos confortables.

Quizás no sea malo que los pueblos no ignoren ni nieguen las tragedias políticas y sufrimientos que han llevado al presente, y aprendan a vivir con ello.

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