La ventana
Luis Carlos Peris
Un premio tan tardío como merecido
El que firma este artículo anda participando en proyectos de investigación que buscan el diseño de videojuegos para aprender a emprender. Y es que los videojuegos han transcendido sus tradicionales fronteras y ya no se emplean estrictamente para el mero entretenimiento. Los videojuegos comienzan a tener un uso aplicado a otros ámbitos muy diversos, especialmente en la educación y la simulación, con altas tasas de aceptación en sectores como la salud, la política, o la planificación urbana. De hecho, los videojuegos diseñados con tales fines son conocidos como “videojuegos serios”, dado que pretenden aportar un valor añadido más allá de la propia diversión.
Debido a ésta y a otras circunstancias, en los últimos años la industria del videojuego ha experimentado un crecimiento sustancial, ya no sólo en las esferas más jóvenes de la sociedad, sino que también en segmentos de una mayor madurez. No es de extrañar, por tanto, que una de las grandes empresas productoras de videojuegos sea el actual patrocinador principal de la liga de futbol española. Es más, los videojuegos se han convertido en las apps mayoritarias en las plataformas de descargas de aplicaciones para dispositivos móviles. Incluso podemos destacar el reciente informe publicado por la Unión Europea sobre los deportes electrónicos y los videojuegos, donde se le atribuye a esta industria un profundo carácter estratégico dentro del entorno económico de la unión.
De igual manera, el número de iniciativas de innovación docente relacionadas con los videojuegos va en aumento. Así, los videojuegos se incorporan a la docencia como una de las tecnologías más potentes para el desarrollo y el fomento de nuevas habilidades y destrezas. Sobre este particular, los videojuegos aportan amplias oportunidades educativas, especialmente en materias que impliquen la presencia de ciertas dosis de incertidumbre, como es el caso del emprendimiento. Realmente, es aquí donde se observa una mayor sintonía entre los videojuegos y la formación, debido a que la propia incertidumbre es la que alimentaría la emoción y las ganas de jugar.
En efecto, el emprendimiento no es un camino de fácil recorrido y, aunque se identifican muchos emprendedores que logran éxito, también nos encontramos con otros tantos que fracasan. Partiendo de esta coyuntura, el mundo empresarial anda afanado en acotar los factores del éxito emprendedor, intentando dar respuestas a una cuestión que desciende al núcleo de este movimiento: ¿un emprendedor nace o se hace? En relación a esta pregunta, son muchas las voces expertas que nos animan a no decantarnos por alguna de las dos alternativas que se incorporan en la propia cuestión, sino que, por lo contrario, nos sugieren que un emprendedor combina ambas, es decir, nace y se hace.
Así pues, los emprendedores, por lo general, suelen compartir ciertas características personales y motivacionales, tales como la extraversión, la estabilidad emocional, la apertura a nuevas experiencias, la proactividad, la agresividad competitiva, la asunción de riesgos o la autonomía, entre otras muchas. No obstante, la simple posesión de estos atributos no es un garante del éxito. En consecuencia, un emprendedor también tiene que hacerse, o lo que es lo mismo, el emprendedor debe asimilar las competencias asociadas al emprendimiento. Desde este punto de vista, el emprendimiento es una disciplina que se puede aprender y que, por ende, tiene un impacto significativo sobre el desarrollo y el fomento del tejido emprendedor.
En este contexto, los videojuegos proporcionan herramientas dinámicas, robustas y tremendamente eficaces para dar impulso a metodologías innovadoras que aporten un nuevo valor a los rendimientos académicos en materias relacionadas con el emprendimiento. Precisamente, este acoplamiento entre el emprendimiento y los videojuegos plasma el influjo que supone para la economía y la sociedad dos fenómenos altamente innovadores. Por un lado, el emprendimiento es uno de los principales impulsores para la tan necesaria innovación en la economía y el desarrollo de las regiones. De hecho, en la actualidad no se concibe el mundo empresarial sin la presencia y el empuje de los emprendedores. Por el otro lado, el emprendimiento no ha permanecido ajeno a la industria de los videojuegos y se sitúa en el epicentro del despliegue de nuevas innovaciones dentro de este sector.
Por tanto, nos encontramos en una encrucijada perfecta para imbuir el comportamiento emprendedor en la sociedad usando los videojuegos, desplazando a un entorno virtualizado las acciones formativas sobre el emprendimiento como prueba de que las ideas innovadoras también pueden ser controladas en entornos simulados. Bajo esta perspectiva, los futuros emprendedores comenzarían a sentir con los videojuegos los efectos que conlleva la resolución de determinadas problemáticas empresariales.
En definitiva, los videojuegos ofrecen nuevas oportunidades para la adecuada comprensión del complejo camino de los emprendedores hacia el éxito. De este modo, los videojuegos se posicionan como una de las herramientas tecnológicas con mayor potencial para que los jugadores (futuros emprendedores), no solo aprendan a emprender en entornos virtuales simulados, sino para que también adquieran conciencia de que emprender es una forma de contribuir al crecimiento social y económico. ¡Quién nos iba a decir hace años que los videojuegos podían ser serios y que llegarían a ser cosas de adultos! Sin duda, esto nos debe servir para no cuestionarnos los límites de la tecnología. ¿O quizá no esté pasando actualmente algo similar con la inteligencia artificial? Mejor, este debate lo dejaremos para otro momento.
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