Análisis

Pilar Cernuda

Se abre la puerta al regreso del Rey emérito

Descartada la Zarzuela, varios amigos le han ofrecido a Don Juan Carlos residencias cerca de Madrid y también se ha barajado que pudiera instalarse en el piso de la infanta Elena o cerca de Sanxenxo

El Rey emérito, don Juan Carlos de Borbón, a bordo del 'Bribón' en aguas de Bayona.

El Rey emérito, don Juan Carlos de Borbón, a bordo del 'Bribón' en aguas de Bayona. / Salvador Sas (EFE)

La Fiscalía va a archivar las investigaciones sobre los dineros del rey Juan Carlos, pero lo que importa a quienes deben tomar decisiones sobre su futuro, Casa Real, Gobierno, y probablemente el propio Don Juan Carlos, es qué dirá el escrito de los fiscales sobre las razones del archivo de las investigaciones.

Hace meses que se rumorea en los círculos judiciales que efectivamente no había otra posibilidad que el archivo; algunas de las operaciones financieras y judiciales que se le adjudican al antiguo Monarca se produjeron cuando tenía la inviolabilidad de Jefe del Estado, otras han prescrito, y de las terceras no se han encontrado pruebas con las que apoyar las muchas informaciones que se han publicado en estos últimos años.

Además presentó dos regularizaciones fiscales para cumplir con las declaraciones a Hacienda que no había cumplimentado. Sin embargo … sin embargo, lo que se rumoreaba hace meses era que el escrito de los fiscales expondría las causas por las que se decidían por el archivo, pero lo complementarían con una descripción detallada, y demoledora, de los delitos sobre los que habían realizado sus investigaciones tomando como punto de partido las informaciones publicadas por varios medios.

¿De vuelta?

Cuando se conozca el escrito de la Fiscalía es cuando se actuará en consecuencia; antes es imposible hacer una predicción segura sobre cómo se va a enfocar el futuro del Rey Juan Carlos. Futuro en el que lo que más importa es su regreso a España, si será un regreso definitivo y, en ese caso, dónde va a residir y con qué medios. De momento, ha hecho llegar a la Casa a través de un intermediario su preocupación para que no sean su hijo el rey Felipe VI y el Jefe de su Casa, Jaime Alfonsín, los que tomen la decisión, pues si fue el Gobierno el que tomó la determinación de indicarle que debía abandonar España por el bien de la Corona, tendría también que ser el mismo Gobierno el que tomara la decisión de indicarle que podía regresar a su país, bien definitiva o bien temporalmente.

La posición de la Casa es que, por el bien de la Institución, de la Corona, el regreso no debe producirse hasta que no tenga ninguna cuenta pendiente con la Justicia. Si finalmente se autoriza su regreso, lo más probable es que se trate de un retorno temporal, como hace tiempo que el propio Don Juan Carlos ha indicado a las personas con las que mantiene contacto. Pasaría estancias en España, pero a no ser que cambien mucho las circunstancias –su salud, su edad– su residencia será fuera, presumiblemente en Abu Dhabi, donde recibe el trato que se dispensa a las personas a las que se quiere honrar no solo por afecto personal, sino por el papel que durante 40 años jugó no solo en España sino en el escenario internacional, donde se le ha considerado una persona de primer nivel en el último tercio del siglo XX.

Se ha dado muchas vueltas a dónde se instalaría en España. Descartada la Zarzuela aunque es lo que desearía Don Juan Carlos pues la considera su casa, varios amigos le han ofrecido residencias cerca de Madrid e incluso se ha barajado que pudiera instalarse en el piso de su hija la infanta Elena o en algún lugar cerca de Sanxenxo, donde ha pasado tantas temporadas en los últimos años en casa de Pedro Campos. De momento, no hay nada en firme en ningún sentido.

Los fiscales que han investigado al rey Juan Carlos durante los últimos dos años, cuentan con un prestigio profesional, pero algún compañero dice saber que han recibido fuertes presiones de la Fiscalía General para que no se archivara la causa. Como dicen saber que están pendientes averiguar qué dinero tiene en las Islas Jersey, uno de los últimos capítulos aparecidos en los medios, aunque con escasos datos. En Abu Dhabi no se advierte intranquilidad. Don Juan Carlos, aseguran, no tiene nada en esas islas y no se encontrará nada “aunque se investigue durante diez años”.

Incomprensible silencio

Lo que sí ha reconocido siempre es la donación del entonces rey saudí, sobre la que no informó a las autoridades fiscales porque en aquellos tiempos era Jefe del Estado y aparentemente nadie de su equipo le sugirió que lo hiciese –incomprensible– y él consideró que no tenía que hacerlo por su situación de inviolabilidad. Le indigna que aún hoy haya quien considere que esa donación era comisión por las obras del Ave Medina-La Meca que realizó un consorcio de empresas españolas. Le indigna porque es de dominio público que esa donación de 100 millones de dólares la recibió tres años antes de que se abordara el proyecto y, sobre todo, porque como ha repetido Don Juan Carlos a distintos interlocutores, las comisiones las pagan las empresas ejecutoras a quien ha servido de impulsor para realizar unas obras, no quien las encarga.

Las donaciones millonarias suelen ser frecuentes en las altas esferas árabes, sobre todo en las casas reales, como bien saben jefes de Estado occidentales. Y Don Juan Carlos siempre fue considerado en las casas reales como un familiar muy cercano … y sin fortuna personal. La prueba es que ahora que se le ha retirado su asignación como ex Jefe del Estado, no dispone de patrimonio. El alto nivel de vida que llevaba desde que abdicó se debía a multitud de invitaciones de amigos que tenía repartidos por el mundo. Sobre todo el mundo árabe y latinoamericano, donde proliferan los multimillonarios.

Qué le depara el futuro es la gran incógnita, y en España cuenta con pocos apoyos para afrontarlos. Cuando regularizó su situación con Hacienda, en los dos casos por el dinero que recibió de un amigo mexicano y de un primo lejano con residencia en Suiza, que costeaban gran parte de sus gastos privados y también de sus familiares, así como sus traslados en aviones privados, tuvo que recurrir a aportaciones privadas porque no disponía de los fondos necesarios. Fue un momento duro, algunos de los que supuestamente eran amigos entrañables le negaron la ayuda. Varias de las personas que le respondieron positivamente eran solo conocidos que sin embargo no dudaron en el préstamo. Porque se trató de préstamos, con contratos que recogen cantidades, intereses y fecha de devolución, preparados por su abogado Javier Sánchez Junco, fiscal en excedencia.

Libro amable

La nueva situación del Rey Juan Carlos a la espera del escrito de la Fiscalía que determinará su futuro, coincide en el tiempo con la publicación en Francia del libro de Laurence Debray –hija del revolucionario y político Regis Debray– Mi rey caído, que se acaba de publicar en Francia y se publicará en España la próxima primavera.

Nada más conocerse la noticia, ha habido medios que han recogido que la autora ha sido o es amante de Don Juan Carlos, lo que ha provocado una demanda de Debray a dos periodistas, así como un irónico comentario de su marido en twiter criticando a los mendaces y agradeciéndoles que al menos hayan publicado fotografías en las que su mujer y madre de sus hijos aparecía “bellísima”.

Debray vivió en España unos años, en Sevilla y en Madrid, se enamoró de España … y del rey Juan Carlos cuando lo conoció. Lo admite en su libro, pero en ningún caso se refiera a un amor físico, sino que se enamoró del personaje, su espontaneidad, su cercanía … y de su papel en la Transición.

Destroza en el libro a Corinna Larsen, a la que considera “una cortesana” que aunaba seducción y negocios, “una alianza imparable”. Quiso escribir un libro sobre ella, pero Larsen se negó. Se comprende.

Cuenta también Aubry que en una de sus conversaciones telefónicas con Don Juan Carlos le reprocha que no haya sido más valiente para enfrentarse al Gobierno y él responde que no debía hacerlo, y que además en Abu Dhabi no molestaba a la Corona.

Debray explica que el Rey emérito le llamó para decirle que había leído un artículo de ella en el que dice que si hubiera muerto antes de la cacería de Botswana lo habrían considerado un héroe. Don Juan Carlos solo le contestó “Estoy bien ¿sabes? Estoy bien”.

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