¿Quién diseñará el próximo Sevilla?¿Quién diseñará el próximo Sevilla?¿Quién diseñará el próximo Sevilla?

Las prisas suelen ser malas compañeras de viaje y a la larga es más rentable el vísteme despacio que tengo prisa. Y a qué esta cosa, pues a qué sería lo que iluminó a la dirigencia sevillista para renovar el contrato de un entrenador que ganaba poco. Me dirán que cuando ocurrió dicho alargue de contrato, el Sevilla había ganado a Getafe y a Valladolid, lo que da idea del nivel exigido al entrenador que recibió tan grata noticia.

Era septiembre, jornada séptima y el Sevilla que empezó empatando en Las Palmas ganó apuradamente a Getafe (gol de Jesús Navas) y al Valladolid. Séptima jornada y ocho puntos en el casillero fueron suficientes acicates para que la cúpula sevillista se lanzara a prorrogar el contrato de García Pimienta. Y aquellos polvos traen unos lodos que embadurnan más de lo que está la tesorería sevillista, pues el catalán, hombre formal, pretende el cumplimiento de lo escrito.

Y será en la jornada trigésima primera cuando, tras caer en Valencia por un gol en el alargue del primer tiempo, recibe la noticia de que se acabó lo que se daba. A raíz de ahí entra Caparrós en escena con la esperanza de que su carisma sea suficiente para revertir la situación. Y como menos da una piedra, puede decirse que el utrerano cumplió con lo que se le exigía, que era la permanencia en Primera División, ¿quién iba a pensar en algo así no hace demasiado tiempo?

Todo ha sido una política de palos de ciego que no conduce a nada bueno y ahora se encuentra el club con la amenaza de un despido improcedente que destroce la tesorería más de lo que ya está. Procede buscar entrenador y ya surgen nombres. Imanol, Bordalás, Míchel y los que irán saliendo un día sí y otro también. Paralelamente a todo esto, la pregunta del millón es la de en qué manos se va a poner la obra de hacer un equipo que esté en consonancia con lo que significa el Sevilla.