La ventana
Luis Carlos Peris
Noche rica en nostalgia
Cuando nos despertemos comprobaremos que no era una pesadilla sino la más cruda realidad. Estupefactos ante el panorama, ayer se nos revolvían las tripas viendo cómo se lidian los insultos, cómo se contragolpea con ese tú más que lleva instalado en nuestro modelo de país desde tiempo inmemorial. Y cuando creíamos que todo se circunscribía al mangazo y al tráfico de influencia nos despertamos con el mayor ataque que puede recibir una democracia y que no es otro que amañar elecciones mediante la trilera acción de manipular las urnas. Nada tan grave en democracia que alterar la decisión popular depositando votos por la gatera y eso parece que ha ocurrido. Se ha repetido hasta la saciedad que el escándalo del martes hace que se olvide el del lunes y así vamos viendo cómo crece la hierba en un día a día en que la pesadilla no es tal, sino la constatación de una macabra realidad. Ojeando la actualidad se llega a la muy triste conclusión de que estamos en el corazón de una pesadilla de guardia.
También te puede interesar
Lo último