La ventana
Luis Carlos Peris
La Alameda como oasis
Apareció el problema derivado de la celebración del inefable Mundialito. Y ha sido antes de lo que se temía, siempre por obra y gracia del distanciamiento existente entre el Real Madrid y la Liga, entre Florentino Pérez y Javier Tebas. Aunque el presidente de la patronal no se recata en manifestar su fe madridista, las relaciones son insostenibles desde que el letrado oscense se declaró objetor de ese invento que se ha sacado de la manga Pérez y que se llama Superliga.
A raíz de que viese la luz esa idea del presidente madridista, las tiranteces entrambos no cejan y ahí tenemos que cada vez que Tebas propone algo sabe que cuenta con la negativa del Real Madrid. Y ahora, los polvos del Mundialito traen unos lodos que harán su eclosión en la apertura liguera. La permanencia del Madrid en dicho Mundialito ha convertido esa trayectoria en un daño colateral que perturba el inicio de la Liga.
Un frente común formado por el Madrid y la AFE desea que los merengues no empiecen la Liga en la fecha pactada. La AFE habla de velar por la salud de los futbolistas y lo raro es que no hiciera lo propio antes de que el Mundialito naciese. Extraña que no protestase por cómo la recién nacida competición incrementaba el trabajo de los jugadores. Está bien que vele por el bien de sus afiliados, pero ¿por qué ha de ser la Liga quien pague la desmesura del calendario? Mientras, en el Madrid se pavonean de los pingües beneficios; o sea que teta y sopa.
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