Alarma en las alturas por la sangría

Los cincuenta goles que el Betis ha encajado encienden la luz roja a la búsqueda de soluciones

24 de febrero 2018 - 02:33

Preocupación máxima por la obscenidad de los cincuenta goles encajados, sólo en Liga, nada más que en Liga, pues la Copa ya se sabe qué deparó. Demasiadas manitas como para que no salten todas las alarmas. Cincuenta goles en contra es argumento para que, en condiciones de normalidad, ya se estuviera planificando una temporada en el infierno de Segunda. Afortunadamente, el número de triunfos no da lugar a ello.

Más de dos goles por partido yendo a la red propia a recoger el balón es una barbaridad. Ni siquiera cuando aquellos desmañados que eran el argentino Sara y el danés Andersen ponían la portería en ridículo fueron tantos los goles encajados. Y ahora, con un portero mejor, la cifra es sonrojante para que la pregunta sea común denominador para la cosa. ¿Cuál es el motivo de que al Betis le hagan goles en cantidades tan desorbitadas? Pues ahí andan, a la caza de solución.

Setién dice a boca llena que no es culpable el sistema, pero algo tendrá que ver la disposición del equipo en cancha para susodicha sangría. Hay por ahí una estadística, una más dentro de la proliferación existente, que el Betis es el equipo que más balones pierde en campo propio. Pues por ahí puede andar el problema, ya que archisabido es que presionar y robar en campo contrario es el camino más corto para hacer gol. Pero ¿y los goles encajados en lances de balón parado?

O esas tardes arruinadas en Villarreal o Vigo en las que la causa fue una mala elección del portero jugando con los pies. Demasiadas cuerdas para este violín, pero tiene Setién, que lo hace de cine en el resto de su cometido, que dar con la tecla adecuada para que el Betis, por siempre y para siempre Real Betis Balompié, viva en el sitio que merece. El campo con más afluencia de Madrid para abajo no puede seguir siendo el más goleado. Si fuese solo el de más goles a favor, pero...

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