Andalucía no es así

Los hijos pródigos como Chaves Nogales corren el peligro de quedar sacralizados en el beaterio de una sola imagen

08 de marzo 2021 - 02:34

La recuperación de Chaves Nogales ha sido tardía, pero era tanta la necesidad de un escritor de sus características, éticas y estéticas, que el mundo literario se ha volcado y está compensando con elogios de todos los colores los años de olvido. Se le estudia y cita, se reeditan sus mejores títulos, se le ha dedicado una exposición en Sevilla, y para los lectores más exigentes que deseen disfrutar de la totalidad -o casi- de su obra, la reciente y pulcra edición preparada por Ignacio Garmendia ofrece la posibilidad de leerla según la pauta cronológica en que fue publicada. Pero ahora, traspasados ya estos gestos de acogida y reparación, convendría insistir y reavivar otras páginas que han quedado como flecos sueltos entre tantos libros logrados. Los hijos pródigos corren el peligro de quedarse sacralizados en el beaterio de una sola imagen. Y ese no debe ser el nuevo destino de Chaves Nogales porque su escritura, desde 1918, encierra muchos matices merecedores de aprecio. El narrador entregado, cada día, a contar vivencias tan inmediatas, transmitidas con la fuerza deslumbrante de sus crónicas, tiene ya su sitio y sus lectores. A lo que debe añadirse el reconocimiento por haber sabido elegir dónde había que estar, en cada momento, y desde qué lado debían explicarse los conflictos. Pero no se agota ahí el valor y la labor de Chaves, hay otros tesoros ocultos bajo su firma. Un solo ejemplo: las juveniles, en apariencia, crónicas publicadas como redactor en El Noticiero Sevillano y recuperadas en la reciente edición de Asteroide. Corre el año 1918, con apenas 20 años, Chaves escribe dos artículos de réplica, pero también de reflexión y autocrítica. Uno, Andalucía y sus hombres, dedicado a los dramaturgos Álvarez Quintero y, otro, en el que responde a una crónica de Corrochano, publicada días antes en el ABC. Conviene repetirlo: apenas son dos páginas y fueron escritas hace 103 años. Pero cuesta creerlo. ¡Podrían haber sido redactadas hoy! Cuánto hay de presentimiento autobiográfico en su denuncia de la forzada emigración de los dos escritores andaluces y qué lúcido su análisis del amor "místico" (estéril y nada productivo) que moviliza a los andaluces hacia su patria chica. A su vez, su otro texto defensivo, Andalucía no es así, supone la más ajustada respuesta a la Teoría de Andalucía, de Ortega. Pero, ojo, expuesta tres años antes de que éste la escribiera. Qué textos ¡aún tan vigentes! para distribuirlos y comentarlos entre los escolares de estas tierras.

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