Alo mejor nuestros hijos o nietos contemplan algún día la segunda temporada de La República en TVE. No sabemos qué horrores ideológicos puede guardar esta ficción para que los directivos de la RTVE del PP se empeñen en arrinconar la secuela de La Señora, que en su primera temporada ofreció unos aceptables datos de audiencia. Por esta serie apócrifa de La 1 figura el barbado actor sevillano Félix Gómez, eficiente en todas las producciones de época que se le han puesto por delante. Tiene oficio y aunque haya pipiolos que le estén disputando los papeles en estos años, saldrá adelante.

Félix fue uno de los participantes del mejunje de Canal Sur De Juan Carlos a Felipe, un reportaje de lealtad a la Zarzuela con toques de documentos ficcionados, para narrar como si fuera un capítulo de Amar en tiempos revueltos cómo se vivieron en las entrañas del palacio los preparativos de la abdicación y el relevo. No faltaba de nada en esos fragmentos para reconocer que estábamos ante un microcuento de Canal Sur, con sus escenas de pueblo, faltaría más, y una malvada de andar por casa en busca de secretos reales. La conclusión del teatrillo es evidente: Canal Sur no debe renunciar a tener una producción propia de ficción, aunque fuera un simple serial. Hay actores y técnicos a la altura, capaces de sacar adelante cosas potablemente creíbles con pocos recursos. Belén López y Carlos Olalla dieron su pátina de verosimilitud a estos guioncillos de complemento a los testimonios de los de siempre como Pepe Oneto o el pedante de José Bono.

De Juan Carlos a Felipe no aportó nada nuevo ni en lo histórico ni en lo periodístico, pero sí nos recordó que hay actores andaluces que harían un buen trabajo cercano hacia los fieles de siempre de la cadena autonómica andaluza, esos forofos de Juan y Medio, con nuevo plató; huérfanos de arrayanes y dramas con ese indefinible olor a cenicero de propaganda y sopa de ajo.