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BRILLA rutilante, esplendoroso, el extraordinario retablo de Santa Ana. Tras dos años con un lienzo pintado tras la Virgen y su madre, la memorable obra de Pedro de Campaña ha vuelto a enlucir la catedral de los trianeros. Fondo fantástico para ese retrato de familia que protagoniza el gran templo de Triana. Inmejorable el trabajo realizado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico conveniente aireado por la clase política para que no digan, que en esa foto que vieron la luz en casi todos los papeles había una sobredosis de políticos, una especie de overbooking de figurones mientras se ninguneaba de forma inaudita a los que alertaron y agitaron la cosa para que aquello se arreglase. Ni el catedrático de Historia Enrique Valdivieso ni ese agitador de Sevilla llamado Joaquín Moeckel estaban en esa imagen. Bueno, al letrado ya le pasó algo parecido en el Salvador y el hombre sigue ahí, no escarmienta.
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