He visto sus fotos en Facebook, un día soleado y ondeando banderas de España con sus manos, sus brazos extendidos al cielo de Madrid. Amigos malagueños en la manifestación del sábado. Gente que estuvo en la UCD y en las fallidas experiencias liberales que se dieron en los últimos cuarenta años de nuestra historia política. Liberales. Buena gente de verdad. Se les ve felices, muy felices. Luego he sabido que vivieron una jornada de gran emoción junto a los miles y miles de españoles que fueron hasta la Cibeles para afirmar la necesidad de Constitución y expresar el rechazo a Pedro Sánchez. Lo han comentado con posterioridad. Inevitable el recuerdo de un importante médico donostiarra que me confesó en la cubierta de un buque fluvial por el Rhin las ganas infinitas que tenía de salir con una bandera de España por San Sebastián, su ciudad natal. Durante decenas de años no había podido, temía por su vida si alguien lo marcaba como objetivo a abatir por los criminales vascos de ETA.

Porque hubo un tiempo en que llevar una bandera de España por las calles donostiarras o de cualquiera otra ciudad vascongada era causa suficiente para que te dieran un tiro en la nuca, te pusieran una bomba-lapa bajo el coche, te hicieran el boicot. Parece increíble que unos cuantos esclavizaran a toda una comunidad, pero fue así. Está ocurriendo todavía en otras ciudades españolas de Cataluña, sin haber llegado al crimen. Un grupo ejerce una presión insoportable sobre la mayoría, impone sus delirios con la fuerza, el desprecio y la impunidad. ¿A qué me suena? Siempre he rechazado el determinismo, la predestinación, el que se repitiera la historia. Los que afirmaban -afirman- que la historia se repite no me causaban buenas sensaciones. La historia -la humanidad- puede zigzaguear, no seguir una pauta lineal pero nunca es la misma entre otras razones porque cada ser humano es distinto, no hay una reproducción mimética, no hay calcos y la historia la hacemos desde el presente, no desde el futuro ni desde el pasado. Finalmente, el tiempo que somos es de nuestra responsabilidad.

También eso fueron a decir en Madrid con las banderas, ven un hoy que no les gusta, un Gobierno que propicia desafueros como rebajar las penas a los condenados por delitos sexuales, hace trajes a la medida de malversadores y secesionistas, gobierna con enemigos jurados de la Constitución que tanto beneficio trajo a los españoles. Están hartos y quieren que se vote de nuevo, no beberse la copa, esta copa, hasta el final. No más desprecios de cualquierillas catalanes, no más hundimiento de lo que nos une, de lo que somos. España unida. Banderas.

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