La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

De cómo el Betis parecía el Támesis

Mañanita de niebla, tarde de paseo, pero Dios qué niebla, qué espeso el puré de guisantes, nada que envidiarle al smog que tanto contribuyó para el cartel tenebroso del Támesis, Jack el Destripador incluido. El viejo Betis se parecía al gran río londinense o ni siquiera parecía un río, ya que la visión de sus aguas resultaba imposible. Y en la margen izquierda de la dársena, algún que otro corría o paseaba al perro, más de uno andaba atendiendo al dietista tras la polvoronada y también podía atisbarse la silueta de un pescador que vería poco más allá de su caña. Y la niebla que no se iba y que ni siquiera se vislumbraban los puentes, menos aún la orilla derecha con las chimeneas de la Cartuja emergiendo fantasmagóricas y sin apenas definición. Ya lo dice el refrán, la mañana de niebla suele anteceder a la tarde de paseo, pero duraba tanto la mañanita dichosa...

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios