TIEMPO El tiempo en Sevilla pega un giro radical y vuelve a traer lluvias

Crónicas levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

Candidato tobogán

Afortunadamente, el tobogán de Estepona ha sido clausurado. Desde Galileo sabíamos que la fuerza de la gravedad asegura una aceleración precisa a todo tipo de cuerpos, pero hasta ahora a nadie se le había ocurrido salvar los desniveles de una ciudad o las cuestas de un pueblo con un sinuoso tobogán. Afortunadamente, los alcaldes de Medina, Arcos, Zuheros o Alcalá la Real no habían copiado la fórmula de movilidad urbana de José María García Urbano. Gran resbalón, alcalde. Sostengo, desde hace muchos años, que a los nuevos alcaldes es muy complicado ganarles unas elecciones. Si no molestan, los electores dejan que sus regidores repitan otro mandato antes de ejercer un juicio final. Ni a Juan Espadas ni a Kichi ni a Gabriel Cruz los van a botar, se tendrán que trabajar las alianzas después del 26 de mayo, pero no están estos electorados para más zarandeos. A un alcalde no se le exige brillantez, sino que mantenga limpia la ciudad, segura y que, al menos, acometa un gran proyecto. Con uno basta. El de Espadas es el Metro; Kichi sería un gran alcalde si, como Francisco de la Torre en Málaga, derriba la verja del puerto y amplía la ciudad hasta el cantil, aunque eso dependa ahora de Teófila. No más. Así que déjense de toboganes y mamandurrias, como diría Casado: sean normales y, sobre todo, no molesten.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios