Avanza noviembre, pasan los días del mes de los Difuntos y del Tenorio, hoy sustituido por ese engendro importado que se llama Halloween, y hasta se nos ha venido encima ese frío que tanto se hacía esperar para solaz de moscas. Noviembre con sus Dolorosas enlutadas y sensaciones encontradas en este largo día después que viviremos tras la explosión de fe que aglutinó el Señor. Noviembre como antesala del Adviento y del solsticio invernal con la infraestructura de las luminarias navideñas ya poniéndose en su sitio. Noviembre con sus atardeceres únicos de sus cielos violeta según se mira a la cornisa y con su policromía luminosa en esa paleta única que es la fachada de San Telmo cuando el sol huye en retirada. Noviembre avanzando día a día con las prisas de la noche por hacerse realidad y luciendo sus encantos rebelándose ante la poca literatura que lo alumbra.