La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El desgarro de la muerte en el Parlamento de Andalucía
PASA LA VIDA
LA tradicional procesión en coches huyendo del calor de Sevilla en la mañana del Corpus se saldó con los habituales 25 kilómetros de retenciones entre Huévar y la capital. Será la tónica del verano a la sevillana. Escapadas a las playas en fines de semana y festivos. Vacaciones de chiringuito y tumbona. Horizonte de exotismo entre Islantilla y Zahara. Temporada de baños entre conocidos por prescripción presupuestaria. Días de bajo coste amortizando a tope los ladrillos en propiedad. Chalés-patera duplicando la capacidad de dormir en los salones. Los supermercados del litoral se van a forrar. Y atentos a las tuberías del agua para que no reviente más de una Costa Ballena.
El presidente de la Asociación de Hoteleros de Sevilla, Manuel Otero Alvarado, ruega a los españoles que viajen en verano por el país, olvidando el Caribe y otras lejanías, como solidaria contribución a que las empresas españolas salgan de la crisis. Turismo patriótico. Como dará ejemplo y no se le verá durante la canícula en un aeropuerto de Londres o París, debe postular qué exotismo solidario le ofrece Sevilla a los salmantinos, riojanos o conquenses para visitarnos en julio o agosto.
Para los que no hayan reservado un crucero por el Mediterráneo de los que están tirados de precio, auguro que Sevilla puede sugerir a la España interior un pellizco de lujo en casas palacio convertidas en hoteles (con tarifas de temporada baja), y las noches de copas en todo tipo de terrazas, ya sean azoteas o fluviales. Siestas de abolengo y madrugadas con hielo. Den marchamo al paquete para venderlo en Facebook.
Ni quito ni pongo IVA, pero Meliá ofrece a 48 euros la noche sus hoteles de cuatro estrellas en Sevilla. Y a quien se empeñe en lo más barato, la hospedería del convento de Santa Rosalía da alojamiento con baño individual y silencio a 15 euros. Las monjas están muy necesitadas de dinero. Pero no por eso le van a llevar un mojito a la habitación. Su canción de (cada) verano es Ave María Purísima. Amén.
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