Juan De Udaeta

Carta (apócrifa) de don Quijote a la OJA

Y así nació la OJA, casi de madrugada, la misma que hoy ya cumple sus primeros veinticinco años

03 de mayo 2019 - 08:10

El 24 de septiembre de 1994, en Úbeda, salimos temprano, apenas despuntaba el alba, en busca de nuevas aventuras. Amaneciendo pensé: confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades. Hechas, pues, de galope y aprisa las hasta allí nunca vistas ceremonias, no vi la hora de verme a caballo y salir buscando las aventuras; y ensillando luego a Rocinante, subí en él, y abrazando a mis huéspedes, les dije cosas tan extrañas, agradeciéndoles la merced de haberle armado caballero, que no es posible acertar a referirlas. No estás cursado en esto de las aventuras -pensé-: ellos son gigantes; y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla, pues la música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu.

Y así nació la OJA, casi de madrugada, la misma que hoy ya cumple sus primeros veinticinco años. Por el camino rondaban los pensamientos, tantos que no acierto a referirlos, pues los deseos se alimentan de esperanzas -me dije.

Llegada la hora pensé que necesitaba, además, contar con algo más poderoso aún: un pensamiento. Y encontré varios tesoros que aún hoy están por descubrir: la libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida; no importa el resultado, sólo el esfuerzo vale; muchos pocos hacen un mucho…

Y en estos pensamientos estaba cuando me asaltaron otros, los que compartí con franqueza y lealtad con mis indispensables pares -también a los que la Parca se llevó con dolor y sin aviso-, porque no se plantan batallas sin ejército: cada uno es artífice de su propia ventura; la honra del amo descubre la del criado; quien te cubre te descubre; el ver mucho y leer mucho aviva los ingenios de los hombres; no es un hombre más que otro si no hace más que otro; el andar en tierras y comunicar con diversas gentes, hace a los hombres discretos; el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho; júntate a los buenos y serás uno de ellos; es mejor ser loado de los pocos sabios que burlado de los muchos necios; la poesía tal vez se realza cantando cosas humildes.

Y en esto llegaron tiempos difíciles, pues el mejor cimiento y zanja del mundo es el dinero. El año que es abundante de poesía suele serlo de hambre; encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas, y no desees y serás el hombre más rico del mundo.

Y tras cinco lustros celebremos orgullosos las hazañas acometidas, y las futuras por acometer, pues nada hay más pequeño que un grande dominado por el orgullo y su ambición… Al fin desnudo nací, desnudo me hallo, ni pierdo ni gano. Y no hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que la muerte no consuma. Parece… que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas.

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