Cobra fuerza Oliver, gracias Lopera

Haber presumido de bético y meter la zorra en el gallinero, de todo punto incomprensible

30 de noviembre 2016 - 02:33

Que Oliver y sus cuates tengan representación en la Junta General es la enésima putada que el Betis, Real Betis Balompié por cierto, recibe de ese grandísimo bético que decía ser Manuel Ruiz de Lopera y Ávalo por su queridísima madre. Si el gallinero estaba a la intemperie, absolutamente desprotegido, Lopera introdujo en él a la zorra, con lo que si los polluelos estaban en peligro claro, a partir de ya andarán al borde del sacrificio.

Conozco a más de un bético que promete abjurar de la religión recibida de padres, abuelos, demás ascendientes y afectos si la felonía prospera. Obligado el Betis a inscribir a Bitton Sport, esa amenaza, en el accionariado imagino que Lopera ya es historia del club. ¿O es que hay contubernio entrambos? Y eso de que Lopera, tras su generosa contraoferta de vender sus acciones al doble de lo que podrían ulteriormente venderse, se quede fuera de cobertura no es malo.

No es malo, pero que sea la cuadrilla que encabeza Luis Oliver la que titularice un paquete de tanta importancia es una pesadilla. Y no hay que irse a antecedentes como Jerez o Cartagena, sino que basta con recordar su gestión en la segunda mitad del año 2010 para que se pongan los pelos como escarpias. Aunque su aparato propagandístico no deje de recalcar lo bien que salió el fichaje de Rubén Castro, su paso por Heliópolis está plagado de historias para no dormir.

Para el 30 de diciembre, San Raúl por todo el día, se fija otra Junta General trascendente para el entrañable y sevillanísimo club de las trece barras con corona. Cada vez que se convoca asamblea general, la intranquilidad invade a ese bético que no quiere personajes tan desaconsejables en el puente de mando. Esta de ahora inquieta más que la anterior, pero, muy posiblemente, menos que la que venga después. Por tanto, el más profundo agradecimiento a Lopera, uno más.

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