A falta de contenidos más sustanciales, lo que más llamó la atención del segundo discurso de fin de año del presidente de la Junta, Juanma Moreno, fue el decorado: la presencia de sanitarios como figurantes y el hecho de que se grabase en el Hospital Militar de Sevilla, todavía cerrado y sin personal adscrito y que muchos comparan con el Zendal de la presidenta madrileña Ayuso, da idea de los objetivos propagandísticos de la comparecencia. Algo, por otro lado, que también hicieron sus predecesores socialistas en San Telmo y que hacen en la misma fecha el resto de presidentes autonómicos. Quizás sería el momento de preguntarse por la utilidad social -y no política- de este tipo de intervenciones.