Disimular lo que se celebra

¿Representar lo que se celebra es una ofensa a los sentimientos de quienes no comparten esta tradición?

10 de diciembre 2016 - 02:32

Termina la segunda semana de Adviento. Mañana se encenderá la tercera vela de la Corona. Esto vuela. Quienes disfrutamos más la espera que la posesión -porque lo que no aún no ha empezado está intacto y el inicio es el comienzo del fin- vivimos desde la Inmaculada nuestra Navidad de Sinatra, Bach, Ella Fitzgerald y la Niña de la Puebla sonando en casa, Dickens entre las manos y luces (por horrorosas que sean) en las calles. Porque mira que, un año más, son feas y neutras las iluminaciones de Navidad. Parece que las ha puesto el rico avariento de Manuel Torre. Como si algo tan lógico como representar lo que se celebra fuera una ofensa a los sentimientos de quienes no comparten esta creencia o esta tradición. Se toma la piel y se tira la pulpa.

Gracias al compañero de página Rafael Sánchez Saus supe que la primera ministra británica ha invitado a los cristianos a "ejercer celosamente" su derecho a manifestar su fe en lugares públicos, tras tener conocimiento de dos informes que denuncian la presión para que, paradójicamente apelando a la tolerancia, las empresas británicas prohíban a los cristianos mostrar signos externos de su fe para no ofender a quienes no creen o practican otra religión. ¿Por qué puñetas puede ofender que se celebre públicamente la Navidad adornando lugares de trabajo y espacios públicos? ¿Se sentiría usted ofendido si compañeros de trabajo celebraran visiblemente este mes de diciembre el cumpleaños del Profeta, si son musulmanes, o Janucá, si son judíos? Yo no, desde luego. Lo sé porque los he celebrado con ellos.

La señora May ha dicho con envidiable claridad: "Estamos en el tiempo de Adviento, tenemos en nuestro país una gran tradición de tolerancia religiosa y libertad de expresión, y nuestra herencia cristiana es algo de lo que podemos sentirnos orgullosos". Todo cierto. También lo de la tolerancia británica. Los judíos pueden ejercer allí su culto desde 1664 y los musulmanes desde 1813; los católicos lograron su igualdad de derechos con los anglicanos -lo que les permitió ocupar cargos públicos- entre 1789 y 1829, y los judíos desde 1858. Sería triste que la corrección política impusiera estúpidas restricciones.

Cuidado. Hace años alguien anotó en su diario: "En todos los asuntos públicos lo cristiano no tiene ningún lugar… Se halla recluido en un marco eclesiástico, privado". Era Dietrich Bonhoeffer y se refería a las leyes nazis dictadas desde 1933.

stats