FERIA Toros en Sevilla hoy | Manuel Jesús 'El Cid', Daniel Luque y Emilio de Justo en la Maestranza

Pilar Vera

pvera@diariodecadiz.com

'ENTERPRISE'

Al resguardo de nuestras fortalezas, lo que vemos desde las torres va saltando por los aires

Está en medio de un recorrido habitual por carretera, así que se ha convertido en un recurso, el punto en el que parar. La primera vez que llegamos fue boqueando como peces, tras atravesar el mediodía en un coche sin aire acondicionado -ya saben, un viaje como los de antes, con el termómetro de ahora-, de modo que la entrada tuvo un punto de acogida a sagrado. Respirar, al fin. Odas -lo confieso- a la climatización absolutamente asesina, mientras el sudor se congelaba en la piel.

No es más, como digo, que un centro comercial al paso pero, desde entonces, entrar en él sigue siendo un poco como entrar en la Enterprise. Aquí estamos nosotros, el puñado de elegidos supervivientes, disfrutando de algo parecido a la vida mientras un mundo impracticable nos rodea. Todos los recursos se ponen en marcha con tal de mantener una atmósfera de bienestar, de salvaguardar el aislamiento de la cápsula. La sensación se refuerza cuando escuchas, justo en el nudo de la estructura, lo que parece una respiración arrastrada -el ruido sordo de las arcade para niños-, como el fuelle de un Leviatán autómata.

No hace falta ser un lince para encontrar la similitud con la realidad que vivimos, todos al resguardo de nuestras fortalezas mientras lo que vemos desde las torres, los parámetros a los que estábamos habituados, salta por los aires. El Loira seco, Hyde Park en sepia, las piedras del hambre en Alemania, la vendimia en julio, trenes cercados por las llamas. Un verano que ha supuesto la eclosión a nuestros ojos de la tendencia.

Como ocurrió en el inicio de la pandemia, la actual crisis energética ha mostrado las costuras de un sistema que creíamos perfecto y que no era más que un escenario de cartón piedra. Transitábamos por el camino de las buenas aunque tardías intenciones, trazando carriles bici, reciclando o procurando un consumo de cercanía cuando, de repente, la realidad nos ha dejado en ridículo. Sabemos que, lejos de estabilizarse, las emisiones no han hecho más que aumentar en los últimos años; que el cumplimiento de las normativas de residuos es una risa; que mencionar el decrecimiento es una invitación a la lapidación y que el abrazo a las renovables se ha traducido en un nuevo tipo de especulación. Toda Europa, con Alemania a la cabeza, pretendía ser verde mientras que toda Europa, con Alemania a la cabeza, era realmente dependiente del gas.

Por primera vez, la UE habla de intervenir el mercado eléctrico -ese anatema-. Y es que en la Enterprise empiezan ya a darse tímidos cortes de luz mientras que, a su alrededor, el silencio es cada vez mayor.

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