La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El desgarro de la muerte en el Parlamento de Andalucía
Doblaba a muerto la campana de la parroquia y había un silencio de respeto que sobrecogía a la espera de que llegase el cuerpo de uno de los hijos más predilectos del pueblo. Allí estaba todo el fútbol de este rincón porque se trataba de despedir a un ser muy querido y admirado por todos. Allí estaba el eterno rival representado por sus más altas instancias y, por supuesto, todo el Betis. Tremendo cómo Paco Bizcocho domeñaba el dolor que le producía el adiós definitivo al que fue quien le cobijó cuando recién había abandonado el nido. Siempre Coria presente, pues hasta siguió el ejemplo de su padrino futbolístico no abandonando nunca el terruño. Coria no es un pueblo más y cuando sonaba el tañido monocorde de la campana de la parroquia, el aire se espesaba y el Betis, todo el Betis, hacía lo imposible para levantar un dique que contuviera tanto dolor.
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