La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Esquela como una bofetada sin mano

Retrato singular y fiel de la sociedad que vivimos tras pegarse un paseo por los luctuosos recuadros que anuncian o recuerdan la muerte. En esas esquelas mortuorias ya se está acostumbrado al ninguneo del cónyuge y no sorprende nada ver cómo una numerosa descendencia parecía obra de un solo autor. Padres o madres que no aparecen en la esquela y no se necesita aclaración alguna, que de familias desestructuradas por el padre o la madre que tarifó están estos jardines bien repletos. Y empezó a usarse la esquela como arma arrojadiza con la que combatir cualquier pelillería, que sale más económico tirar de esquela que irse al juzgado que esté de guardia. Y abundan los contragolpes en forma de recuadro mientras continúan proliferando esas bofetadas sin mano que resulta de ignorar al cónyuge que contribuyó a crear esa prole que viene a continuación.

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