Estrés de Feria (sin pisarla)

Una vez en el real, se aconseja obviar el plano de la Feria: fluyamos. Es mejor no tener dinero en efectivo...

A algunos la vagancia nos hace evitar la Feria. Pero es tanta la información sobre qué hacer, cómo disfrutar y qué evitar, que uno se estresa igual que si se hallara, aturdido e indefenso, en pleno real en hora punta.

La heroica ida a pie a la Feria ya nos estresa por la calle Asunción. Balcones y ventanas se adornan con colgaduras con letrillas de sevillanas y rumbas. No reconocer casi ni una puede crearnos un complejo de identidad. Una vez en el real, se aconseja obviar el plano de la Feria: fluyamos. Es mejor no tener dinero en efectivo. Hay que saber cuáles son los ocho imprescindibles que debe guardar el bolsillo de un traje de gitana (del DNI a unas tiritas). A todo esto, hay que saber que se dice traje de gitana y no de flamenca (¡jamás de faralaes!). En una caseta, socializando en modo gerundio, hay que saber evitar al bebedor coñazo y al discutidor impertinente. Mejor no pensar demasiado en la roña de ciertas cocinas y excusados en las casetas. Hay que llevar omeprazol, broncodilatadores para el polverío y Fortasec para evitar diarreas (impagable el anuncio en farmacias) En clave de orina común (por no hablar de aguas mayores), no debemos esperar al último momento para ir al WC a fin de evitar colas kilométricas que generan angustia.

Si no soportamos la martingala de sevillanas y rumbas, se recomienda disimular (por ejemplo, mostrar aprecio al asesinable del flautín y el tambor rociero o decir que nos encanta la rumba de Siempre Así dedicada al bicentenario de la Policía Nacional). No debemos caer en cuitas mundanas: ¿preferimos el formato corto de la Feria, el actual o ninguno? Tampoco hay que torturarse pensando en si la Feria es una fiesta moderna o anquilosada. Debemos saber descifrar si el anfitrión nos ha invitado de forma vaga o cumplida a una caseta por WhatsApp.

Para gloria de las apariencias (importante el pergamino de la cara), debemos conocer al dedillo cuáles son los diez fregados faciales indispensables para ir a la Feria (exfoliación con café, ritual del hielo, rodillo de jade, maderoterapia, etc.). Si se viste traje de gitana, hay que saber, de entre mil consejos, qué alpargatas no restan glamour o cómo llevar el mantón (en bandolera, de pico, cruzado, a la cadera, etc.). Hay que conocer a las tropecientas influencers que aconsejan cómo maquillarse o cómo lucir cintura empoderada en caso de no llevar traje de gitana. Por último, si bebemos para olvidarnos de tanto trajín de Feria (la pisemos o no), es bueno saber que el pescado azul, los plátanos y las semillas de lino ayudan a la resaca. Así que a disfrutar (es un decir).

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