Estas tardes de rito táurico en el primer templo del toreo proporcionan estampas de colorido y fondo que merecen muy mucho la pena. Y del arranque del ciclo entresaco una imagen para el recuerdo en la que figuran dos leyendas vivas. Era la del ganadero del día con el torero de Sevilla por antonomasia, dos personajes que compartieron muchas tardes en los ruedos, uno como rejoneador y el otro a pie. Iba, además, el rejoneador que ahora ejerce de ganadero como iba su padre, el inolvidable don Álvaro, con sombrero de ala ancha y seguía despertando admiraciones el torero. Una admiración adobada por un mejor conocimiento de la persona gracias a una magnífica entrevista que Germán Estela bordó en Canal Toros y convertida en sentido monólogo gracias a una pulquérrima edición. Estas tardes están llenas de detalles, pero esa fina estampa de Álvaro con Curro...