La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Fontana di Trevi en la Encarnación

Desinhibidas y sin el frío de la madrugada decembrina en sus cuerpos, las dos decidieron darle el pase de la firma a su particularísima fiesta emulando a Anita Ekberg. Aquella inmersión de la exuberante sueca en la Fontana di Trevi la repetían dos jóvenes, pero sin largo vestido negro y sin un Mastroianni que las acompañase. Cómo estarían esos cuerpos de eufóricos como para no sentir los efectos de mercurios en la zona baja de la tabla para decidirse por dicha hazaña. Pero los tiempos son los que son, el intimismo tiene poca cabida en ellos y si no hay selfie no hay paraíso, se dirían ambas a dos. Y allá que tuvieron a su particular Fellini que, con la debida iluminación, perpetuó la escena para que las generaciones venideras nos tengan por locos. Así está la cosa y no hay pandemia que remedie este enloquecimiento generalizado para gran trabajo de loqueros.

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