La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Gane quien gane, perderá Sevilla

Ni tan siquiera en esta cateta agresión negra y gris son coherentes nuestros munícipes actuales y futuros

Los candidatos arrancan la campaña sin un modelo claro de ciudad, titulábamos ayer. ¿Y cuando ha tenido un alcalde de Sevilla un modelo claro de ciudad? Ninguno lo tuvo en los bárbaros años 60 y 70, ninguno lo tuvo en los años pre y pos Expo y ninguno lo ha tenido en lo que llevamos de siglo XXI. No hace falta referirse a los grandes retos que nunca se afrontan hasta que es demasiado tarde para darles soluciones positivas y se recurre a la improvisación o, en los peores casos, a la resignación ante lo que hoy es inevitable pero ayer pudo evitarse. Lo nuestro es la política cortoplacista, alicorta y miope. Y así seguiremos, visto el cartel electoral. Gane quien gane, perderá Sevilla.

Basta ejemplificar en los disparates que se han hecho, se hacen y se seguirán haciendo en lo que a la piel de la ciudad se refiere. Una insultante falta de criterio se muestra en este asunto con desvergüenza. Los ayuntamientos democráticos siguen extendiendo la marea negra -como se llamó en los 70 al asfaltado del centro- con el mismo entusiasmo que los franquistas. La aportación democrática ha sido la marea gris que, tras la eliminación arbitraria de las aceras, ha convertido, está convirtiendo y convertirá tantas calles y plazas en planos desiertos churretosos. Y si en alguna se ponen adoquines no son los hermosos de Gerena, sino una criatura híbrida entre adoquín y losetita, dicen que de procedencia extremeña.

Y aún ni tan siquiera en esta cateta agresión negra y gris son coherentes. ¿Por qué Carrión Mejías se arregla bien respetando el acerado de pequeñas losas hexagonales, aceras con bordillo de granito y adoquines (pero no de Gerena) mientras que su paralela y próxima Alhóndiga se asfalta como si aún estuviéramos en los 60 o los 70? ¿Por qué Carlos Cañal se convierte en un plano horror churretoso clavado de pinchos antiaparcamientos y la paralela Moratín con acera y adoquines? Javier Queraltó, quien junto a Víctor Pérez Escolano protagonizó la breve primavera antiasfalto de restauración del adoquinado en la Transición, ha denunciado más de una vez la sustitución del adoquín de Gerena "por el gris que tanto parece gustar en Emasesa y en la Gerencia de Urbanismo y que es más propio de Castilla-La Mancha", además del despilfarro que supone tirar los adoquines auténticos cuando son sustituidos. Pero sus loables denuncias son tan inútiles como este artículo.

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