Gobernar a golpe de mentiras

Europa descarga el problema en España, Italia o Grecia. Y Moncloa en las autonomías y las ciudades

12 de diciembre 2020 - 01:47

Montero dijo el miércoles que no tenía "constancia" de desplazamientos de inmigrantes que "no estén en condiciones regulares de poder hacerlo". Interior niega que se están fletando vuelos de inmigrantes a la península. Entonces, ¿cómo vienen? ¿Por qué algunos lo hacen con pasaportes falsos y sin control sanitario? ¿Cómo se explica que quienes arriesgan su vida para huir del hambre, la represión o la total carencia de futuro se paguen vuelos comerciales a la península? ¿Por qué existen imágenes de cientos de migrantes irregulares llegando a varios aeropuertos españoles sin que las autoridades locales y autonómicas hayan sido avisadas? ¿Por qué el SUP ha afirmado que se trata de un "movimiento en bloque de migrantes en situación irregular" que "comprometen la seguridad sanitaria y jurídica de los policías y la lucha contra las mafias" y ha solicitado al Consejo de Transparencia amparo y acceso a los datos sobre los vuelos en los que están llegando a Granada, Málaga, Sevilla o Valencia cientos de subsaharianos?

Existe un humanitarismo repugnante por hipócrita que pide a los gobiernos y a la sociedad brazos abiertos para acoger a los migrantes irregulares a la vez que se desentiende de lo que sea de ellos después. El reciente caso del incendio de Badalona es representativo: durante más de una década las autoridades locales y autonómicas se desentendieron de la nave industrial abandonada en la que malvivían más de un centenar de subsaharianos. El Ayuntamiento se limitó a redactar un informe sobre las condiciones de higiene y salubridad en el recinto y a advertir a la empresa propietaria de la nave. Solo las segundas víctimas de esta situación, los vecinos, venían denunciando esta situación y los problemas de inseguridad derivados de ella que obligaron a varias intervenciones policiales. Porque no solo se abandona a los migrantes, también a los vecinos de los barrios modestos en los que se asientan.

Esta tragedia desborda las competencias y los medios locales y autonómicos, y lleva al límite las del Gobierno porque sólo puede abordarse humanitariamente a escala europea. Pero a Europa le resulta cómodo descargarse en España, Italia o Grecia. Y este Gobierno, maestro en la propaganda, la mentira y la opacidad (miente hasta en el número de víctimas del covid-19), hace lo mismo con los gobiernos autonómicos y locales.

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