Visto y Oído

francisco / andrés / gallardo

Gordas

EL nuevo serial de Cuatro no defrauda. Diálogos del montón e interpretaciones al tuntún. Tenemos otra telenovela donde en lugar de fea seguimos a una gorda con amigo gay y con amores imposibles de alcanzar, de momento. De Bea o Betty hemos pasado a una prima hermana de Bridget Jones en una emisora de radio. Nunca se ha puesto ante el micrófono, pero sale a salvar a su programa matinal de bostezo Morning Glory (como el de la película de Harrison Ford, ocurrentes), convirtiéndose en confidente sentimental. No vamos a ponernos dignos ni a pedir rigores a este calco de Yo soy Bea que se inspira en una telenovela argentina algo más gamberra que la adaptación española, que copia inclusive el estilo de la cabecera.

En el primer capítulo pasaron más cosas que en media temporada de cualquier culebrón de cartón piedra mexicano, pero ya llegará esa remesa de episodios en los que las tramas girarán en sí misma y sin llegar a ninguna parte. La historia, con humor tirado en barreño, pretende en principio contarnos la cuenta atrás de su protagonista para pasar por el altar y ganar una apuesta. Está claro que según su impacto en la audiencia se frenará o se acelerará esa carrera hacia la boda.

Luis Fernando Alvés está increíble de padre gañán envejecido, pero es uno de los apoyos de Maruchi, el gran fenómeno: la madre más impertinente que se recuerda en mucho tiempo. Elena Irureta da vida a esta insufrible mamá de la protagonista que raya el yeyuno a cualquier espectador. A Teresa Hurtado, Lucía, hay que reconocerle su esfuerzo. Ciega a citas es la respuesta de Mediaset a los seriales de Antena 3. Si usted tiene libre la hora de la siesta, enhorabuena, dedíquela a dormir, a leer o a la taxidermia.

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