En Granada, el liderato como señuelo

La derrota hace quince días ha de servirle al Sevilla para no recaer en la misma piedra

23 de agosto 2019 - 02:33

Nada que ver con lo de hace quince días en el mismo sitio que hoy. Munición de fogueo entonces para la satisfacción que en cualquier lugar de Andalucía supone ver cómo dobla la rodilla un equipo sevillano y real como La 'Liga misma así que hoy den las ocho en todos los relojes junto a la Alhambra. Y como guinda de tan apetitoso pastel, la posibilidad de hacer lo mismo que en el curso anterior, la de liderar la tabla clasificatoria.

Aunque Lopetegui, dándose un barniz de cartesianismo, le resta importancia, ser líder de la Primera División siempre es satisfactorio. El domingo ya dio el Sevilla un golpe sobre la mesa de Cornellá mediante una disertación pragmática de un bloque compacto y bien construido desde atrás hacia adelante, que ya se sabe que así es como se levantan los edificios. Y este edificio que día a día proyecta el vasco en su gabinete de la carretera de Utrera pinta mejor que bien.

Y paralelamente, Lopetegui deja mensajes sin abrir la boca, pues si mensaje fue la rehabilitación de Nolito, hoy llama la atención lo poco que tiene en cuenta a Dabbur. Claro que la medida extraña menos si tenemos en cuenta que el israelí es de la cuerda de fichajes que vinieron cuando estaba dirigiendo la dirección deportiva Joaquín Caparrós. Quince millones al Red Bull Salzburg en pleno mes de enero que llevan camino de convertirse en números de complicada amortización.

Pero lo que importa es lo de esta atardecida en Los Cármenes ante dos cuñas de la misma madera como son el entrenador Diego Martínez y esa promesa de un futuro que no acaba de llegar y que atiende por Carlos Fernández. Ambos constituyen un plus de dificultad añadida, pero sin que deba considerarse una pared imposible para un Sevilla muy superior y que ya sabe a qué sabe perder en Granada, algo que debe ayudarle para no tropezar nuevamente en la misma piedra.

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