Cuentan y no acaban de cómo resultó la conferencia de Alfonso Guerra la otra noche en Vistahermosa. El viejo ogro socialista le cortó las orejas y el rabo a la noche mediante su visión de hombre de Estado, algo de lo que tan necesitados estamos. El contenido de cuanto dijo no tenía por qué sorprender, que la novedad estaba en el sitio donde se desarrollaba el acto. Era como jugar en campo contrario y ante un público hostil, pero nada de eso ocurrió. Esperado con recelo, Guerra estaba como a favor de querencia y desde que se abrió de capa, la sombra estuvo con él. Tantos años toreando para el sol y las cosas se han puesto de tal manera que ahora se ha convertido en un torero para la sombra. Pocos son los tendidos tan de sombra como El Buzo y hay que ver cómo algunos compañeros de partido han puesto la cosa para que Alfonso Guerra cautive a la sombra.