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María José Guzmán

mjguzman@grupojoly.com

Huevos, cestas y modelos de éxito

El camino más rentable es exportar el triunfo del turismo a otros sectores, pero nunca apartarlo

Lo de la necesidad de poner los huevos en otra cesta que no sea la del turismo se ha convertido en un discurso recurrente en todos los debates sobre la situación económica de la ciudad a raíz de la pandemia. Habitualmente se acompaña de una advertencia: no hay tiempo que perder ni se puede tropezar con la misma piedra. Como si haber apostado por el turismo estos años atrás hubiera sido una gran equivocación, un pecado mortal.

Ya antes de la pandemia, cuando Sevilla estaba en el top de los destinos del mundo y había quien incomprensiblemente se lamentaba de ello, el concejal Antonio Muñoz, a quien le avala su carrera y experiencia para saber de qué habla, decía una frase que retrataba bien la situación: "Castigar al turismo es como reñir al niño que saca sobresaliente". Entonces el PIB asociado a este sector en la capital se acercaba al 20%, lo que es lo mismo que decir que toda la ciudad, directa o indirectamente, vivía de esta industria, como ahora la pandemia se ha encargado de confirmar. Sí, porque el turismo también es una industria, aunque no se desarrolle en factorías y una gran mayoría sólo piense en bares y hoteles cuando se habla de este sector. Una industria que, además, arrastra también a un importante sector tecnológico y de innovación. ¿O de qué creen que se ha estado hablando en la cumbre mundial celebrada en Fibes la semana pasada? Allí no había sólo cadenas hoteleras y agencias de viajes, también empresas tecnológicas y gigantes como Telefónica, por no entrar en marcas menos conocidas por el público, que están innovando y desarrollando productos para la industria que, como hemos dicho, también es la turística.

Volviendo a la cesta de los huevos: nadie discute que haya que diversificar el modelo productivo, eso es sano y hoy además necesario y hasta urgente, pero no se trata de apartar el turismo para hablar de otros sectores. Porque sí, probablemente éste sea palanca para reactivar la economía. Y sencillamente porque las otras industrias que se echan en falta tienen aún mucho camino por recorrer y, de momento, ninguna tiene la fuerza para encender el motor. Ahí sí que el tiempo corre en contra.

Y visto el éxito logrado por el turismo este tiempo atrás: ¿por qué no se trabaja para exportar este modelo de éxito a otros sectores? Ése creo que debería ser el camino y, guste o no, el turismo sigue siendo el gran protagonista. No se pueden apartar esos huevos, hay que ponerlos alrededor de otros para lograr la mejor cesta posible para la ciudad. Y, por ejemplo, escuchar a empresarios sevillanos que han triunfado en el mundo de la mano del turismo. Un buen ejemplo es Enrique Ybarra que en 1999 fundó City Sightseeing, reconocida marca de autobuses turísticos presente hoy en más de 100 ciudades de más de 35 países de los cinco continentes. Su consejero delegado es uno de los dos españoles que se sientan en el comité ejecutivo más poderoso de la industria turística, el WTTC. Él tiene mucho que contar y no hay duda de que lo hizo para que Sevilla se convirtiera en 2018 en referente mundial. Ojalá sigan escuchándolo.

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