¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
El ensayo general de la Magna
Quizá fue Joaquín Blume el primer pionero de todos cuantos han abierto camino en cualquier especialidad deportiva y cuando se estrelló su avión todos lo sentimos como algo muy nuestro. Paulino Uzcudun nos quedaba demasiado lejos, el gol que Zarra marcó al alimón con Matías Prats había dejado su sitio a las Copas de Europa del Madrid y Bahamontes ocupaba las tardes de julio como banda sonora de un país que salía de la posguerra más interminable. Ahora nos acongoja la muerte de Manolo Santana, aquel Supermanuel que ganaba Roland Garros, Wimbledon y Forest Hill para popularizar un deporte que sólo era cosa de ricos. Manolo nos levantaba en plena madrugada para ver en blanco y negro qué era de él en el Open de Australia y hoy nos llena de tristeza su muerte en esa Marbella en la que también fue pionero. Descanse en paz el gran Supermanuel.
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