José Manuel Menudo / Profesor De La Universidad Pablo De Olavide

Ingredientes para una crisis económica

EL abanico de datos que ponen de manifiesto la preocupante situación económica es amplio y no distingue entre territorios o magnitudes (desempleo, inflación, ventas, producción). Todos ellos apuntan a una desaceleración, esto es, una progresiva reducción en el ritmo de crecimiento de la economía que, según el ministro Pedro Solbes, tendrá su límite en el 1,8% (es la estimación para 2009).

Se habla de depresión o recesión cuando una economía deja de crecer, al menos, durante dos trimestres consecutivos. Por este motivo, en el caso de España no puede definirse la situación económica actual como crisis, aunque el negativo comportamiento de algunos indicadores invita a plantear que al final llegará.

En Andalucía, se han conocido varios de esos indicadores esta semana. Entre ellos, el Índice de Producción Industrial, que en marzo cayó un 13% en relación con el mismo mes de 2007. Parte de ese descenso obedeció al menor número de días laborables contabilizados, al coincidir el periodo tomado como referencia con la celebración de la Semana Santa. No obstante, si se elimina ese efecto calendario, la caída se aproxima al 6%. El comportamiento resultó muy desigual entre los diferentes productos. Así, mientras la energía retrocedió un 3,2%, los bienes intermedios lo hicieron un 5,7%, los bienes de consumo, un 3%, y los bienes de equipo,un 22%. Esta última cifra es preocupante, porque, a menos que importemos esos bienes, si no se incorpora capital a la producción, es más probable que la desaceleración desemboque en crisis que en aceleración.

En cuanto al sector terciario andaluz, el Índice de Comercio al por Menor también reflejó un descenso real de las ventas del 7,7% en marzo. Las ventas cayeron un 3,9%, pero habría que incorporar el efecto de los precios para estimar el descenso real de los intercambios. La reducción en la compra de productos alimenticios (2,6%) fue menor que para el resto de los productos (11,1%). En este caso, la preocupación estriba en que el consumo supone casi un tercio de la demanda de nuestras economías, de ahí que una pequeña variación en una magnitud tan importante tenga efectos nefastos.

Sin embargo, hay un aspecto positivo en ambos datos: se comportan mejor que la media nacional. Y es que en España, el Índice de Producción Industrial cayó un 13,3% y el de Comercio al por Menor, un 8,7%. Si se añaden los malos resultados del paro en abril (en Andalucía repuntó un 13,5%, frente al 15,6% nacional), se puede entrever más fortaleza en la economía andaluza que en el conjunto del país.

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