Is the life...

SE entra por curiosidad, para ver a James Brolin, el marido de Barbra Streissand y jefe de aquel Hotel ochentero de las sobremesas perezosas en TVE, y se termina riendo, incluso a carcajadas, con la familia Short (el apellido juega su baza), con lo difícil que es destilar química en un primer encuentro televisivo. Brolin es el patriarca de esta revisión de Modern family (roza el larguero del plagio, en idea inicial) que acaba de estrenar la CBS en Estados Unidos y que pretende ocupar el trono del falso documental de la ABC. La comedia se llama Life in pieces y muy mal le tiene que ir la cosa a los de la familia Short a partir de ahora para que no cuaje entre el público estadounidense y, por simpatía, en el resto del globo.

No nos emocionemos, pero sí, estamos ante un estreno de comedia afortunado, que eso cada vez es más difícil, y en este caso en principio pintaba mal. Sí, lo reconozco, no nos fiábamos de una serie que tuviera a Brolin en su elenco. Esta Life... no tiene el humor exquisito y contenido de otras ficciones irónicas que toman la vida cotidiana y la retratan, sino que juega con la hipérbole en los conflictos afectivos y los lleva de una oreja, hasta conducirlos al extremo. Se atisba la estrategia en el piloto y debería de mantener el nivel. Están los padres mayores, los padres jóvenes y una camada de exponentes de lo que parecen generaciones perdidas. Sólo es cuestión de echarlos a andar y en esta ocasión parece que desde el primer momento generando vida y destellos, como Thomas Sadoski como Matt o Zoe Lister-Jones como la madre novata, Jen. Y Dianna Wiest, chica Allen, es la esposa de John, de Brolin.

Humor bien traído, casi sin querer, como hacen los buenos. Mucho mejor que Soraya, la nuestra, la hincha del Barça y de la selección de baloncesto. La risueña vicepresidenta metida a invitada de Pablo Motos. Tendría que aprender más de los Obama, con esos brillantes cameos de los de la Casa Blanca.