Visto y Oído

Francisco / Andrés / Gallardo

'Joroña'

27 de enero 2015 - 01:00

LOS líderes de Podemos ya son personajes de la televisión como la familia de Cuéntame, los de Gran Hermano VIP o cualquier novio que vaya arrimándose en temporadas venideras a la hijastra de Isabel Pantoja. Spanish Horror Story. El público los asume como parte del paisaje, por mucho que reproche el presidente Rajoy sobre este estrellato de los platós y ahora él, a cambio, quiera protagonizar amables spots fuera del plasma. Esperanza Aguirre, joroña que joroña, se quejaba ayer del vuelo que le daba Susanna Griso a Syriza, los primos lejanos, y que "su buen amigo" el editor José Manuel Lara consienta que La Sexta sea un Alo, Pablo. La conductora estaba ayer bastante cabreada con la cadena que está de cumpleaños, la misma que le ha puesto un micrófono cada vez que se ha encartado. Pero el de Podemos, siempre con el ceño fruncido, le gana en ver quién parpadea más tarde. Comunica más y mejor, aunque sea antipático de nasos. Es el Ronaldo de la demagogia y reúne a tanta audiencia incondicional como detractora en cuanto se asoma.

En este fin de semana ha regalado sendas apariciones estelares en La Sexta (en Telecinco le andan esperando). El sábado iba con la escopeta cargada de "pantuflos" para acribillar a Eduardo Inda, su gran enemigo en la tele junto a Alfonso Rojo. No tienen mucho que echar en cara a los de Sálvame. Lo de La Sexta Noche era una pelea de 5º de EGB. Y el domingo, con la gran boda griega, el de Podemos hacía "tic tac" ante Ana Pastor, tras la lucha grecorromana de semanas atrás. Syriza les presta alas de Ícaro. Y ahí entra Susana Díaz con su feria.

Las privadas se relamen y TVE, aunque hubiera sido en el Canal 24 Horas, hizo un buen trabajo en la expectante noche. La corresponsal madrileña de la ERT ya ha advertido que parte del fracaso del gobierno de Samarás estuvo en desmantelar la TV pública, que semiclandestina ha mantenido una llama combativa. Ni el PP, en España; ni el PSOE, en Andalucía, se han enterado aún de lo que vale una cadena pública que merezca la pena ver.

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