Ante el Levante, test de realismo

DEBUT del Betis como líder ante su afición y a la ilusión de verlo con la vitola que agarró la noche del Zaragoza se une el temor de los iniciados a que su equipo haga lo que tantas veces en su historia, tirarse al callejón. Esperemos que no ocurra así y que la lección de aquella primera parte tirada a la basura en la noche de Getafe se haya asimilado para bien de cuanto significa el Betis, por siempre Real Betis Balompié. Dicha lección llegó en un buen momento, quizá cuando menos sangre pudiera hacer y para que la lectura fuese positiva y encaminada a que la historia no se repita y que si hay derrota sea sólo por la superioridad del rival.

A lo largo de la semana ha proporcionado Pepe Mel varios titulares de prensa muy sugerentes. El que más ha sorprendido y muy positivamente es uno que amalgama ambición con tener los pies en el suelo. Es el de "queremos ser campeones de Liga, no salvarnos por los pelos". La interpretación de dicha declaración de intenciones es la de que mirando hacia lo alto es la forma mejor de no vivir por abajo. También ha dicho que el Betis llegará líder al Bernabéu, lo que ha utilizado el técnico rival para sacar un motivo con el que fanatizar a su tropa, una tropa que viene demostrando que sabe a qué juega, cuáles son sus argumentos y de qué calibre sus municiones.

Está claro que para que el Betis llegue de líder el día de Santa Teresa al Bernabéu habrá de sudar la gota gorda. Sudar a las cuatro de esta tarde no será difícil, pero sí será complicado el Levante porque demostrado está el momento que atraviesa, el grado de concienciación que atesora y el oficio de muchos de sus futbolistas. Está muy fresco en la sesera el recuerdo del primer tiempo junto al Cerro de los Ángeles y no se debiera echar en saco roto esa lección. Es el momento de ir almacenando puntos y de recordar que mirando hacia arriba con firmeza es más fácil lo de no caer en zonas no deseadas de la tabla. El Betis es líder, pues a seguir siéndolo... sin más.