La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El desgarro de la muerte en el Parlamento de Andalucía
La ventana
BULLA a discreción, era lunes y aunque no demasiado marrón lunes con tós sus avíos. Ya se sabe que tener corazón de lunes es andar con el ánimo a media asta, con las pajarillas anestesiadas y sin ganas de ná. Claro que eso sería antes, de cuando la crisis ni estaba ni se le esperaba, que quién pensaba que llegaría el día nefando en que cinco millones de españoles no tendrían que llevarse a casa el sobrecito de fin de mes. El lunes tenía mala prensa y las calles estaban desiertas, como en una especie de día después, espectrales, inanimadas. Pero eso era antes, digo que sería antes, pues antier noche no tenía el lunes cara de lunes sino de viernes o sábado, con los comederos abarrotados, con la barra del Rinconcillo sólo a falta de que le colocaran el no hay billetes. Nada que ver el lunes, por mucho lunes al sol que padezcamos, con los lunes aquellos en que la crisis era una entelequia, ni siquiera desaceleración.
También te puede interesar