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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Maggie

La esperanza que a sus 90 años la vital Maggie ha representado evoca una Inglaterra no del todo perdida

La decidida y vital anciana Margaret Keenan -Maggie- ha pasado a la historia por ser la primera persona en el mundo en recibir la vacuna contra el Covid-19 de la farmacéutica Pfizer. "Si yo la puedo recibir a los 90 años, entonces usted también puede recibirla", dijo al salir del hospital a cuantos escépticos y fanáticos anti vacuna albergan dudas o rechazo. Nada más británico -en lo que de mejor tiene esta palabra- que este sereno valor. El año en que Maggie nació murió Conan Doyle, Virginia Woolf escribía Las olas, Agatha Christie publicaba Asesinato en la vicaría, la primera novela de Miss Marple, M. R. James ultimaba la preparación de su primera antología de cuentos de fantasmas, Noel Coward estrenaba Vidas privadas, interpretada por él y Gertrude Lawrence, abría sus puertas el renovado teatro Adelphi diseñado en estilo Art Decó por Ernest Schaufelberg -el arquitecto de tantos teatros del West End- estrenando la comedia musical Evergreen de Rodgers & Hart e Inglaterra bailaba al son de la orquesta del British King of Jazz Jack Hylton y su Hylton's Swingtette. Reinaba Jorge V, nieto de la reina Victoria, y el Imperio aún existía. No parece otro mundo: lo era.

Aunque algo de él -y de lo que el espíritu británico representó cuando, contando Maggie 10 años, protagonizó la gesta de la Batalla de Inglaterra plantando en solitario cara a Hitler y la Alemania que ya había devorado Europa- puede sobrevivir en la Inglaterra que tantas veces parece decaída en sus valores y tan lamentablemente se ha dejado engañar por el populismo que ha conducido al Brexit. La esperanza que la decidida y vital Maggie ha representado a sus 90 años para el mundo, y la casualidad de que el segundo vacunado sea un veterano de la Royal Navy de 81 años llamado William Shakespeare, permiten soñarlo.

A este anglófilo confeso que estos días prenavideños lee a Dickens y escucha -junto a los nuestros de Torre o la Niña de la Puebla y los americanos de Sinatra o Fitzgerald- los maravillosos Christmas Carol ingleses le parecía que, cuando Maggie salía de vacunarse en su silla de ruedas diciendo que esperaba "poder pasar tiempo con mi familia y mis amigos y llevar mi propia vida partir del próximo año", sonaban God Rest You Merry o The First Noelinterpretados por el coro del King's College de Cambridge, dos de los villancicos que hacían llorar al autor de Canción de Navidad.

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