Las relaciones entre el alcalde, Juan Espadas, y el líder de la oposición, Beltrán Pérez, no atraviesan por su mejor momento y son manifiestamente mejorables. A pesar del acuerdo firmado esta semana para hacer frente a los efectos del Covid-19, en los últimos plenos son frecuentes las pullas, que en alguna ocasión han rozado las alusiones personales. El clima entre ambos, que nunca ha sido excelente, se deterioró aún más durante el confinamiento, cuando hubo un largo periodo de incomunicación y de reproches mutuos. La vuelta a la relativa normalidad no lo ha mejorado.
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